De acuerdo con sus planes de trabajo entregados a la Junta de Gobierno, todos los aspirantes a suceder a José Narro Robles en la Rectoría de la máxima casa de estudios plantean la necesidad de que los universitarios tengan acceso a las nuevas tecnologías desde las aulas, pero también que sean jóvenes que cuenten con el apoyo constate de la UNAM.
De esa manera, conciben ese respaldo como proveniente de la institución que los apoya cuando tienen carencias económicas; que les brinda alimentación cuando sus familias no pueden garantizarles ese derecho; que les proporciona el respaldo sicológico y emocional, y que los escucha cuando tengan problemas familiares, en sus inquietudes de salud sexual y reproductiva, que fomenta entre los estudiantes las actividades deportivas y el acercamiento a la cultura.
Plantean una Universidad Nacional que desde que los recibe el primer día les brinde los respaldos para su formación; es decir, que no centre su atención en el proceso enseñanza-aprendizaje, sino que le brinde más apoyos, pero además, sea exigente en los resultados que estos jóvenes deben dar en sus clases, porque a fin de cuentas son el producto inmediato que la UNAM le brinda a México.
Las coincidencias, sin embargo, son más comunes entre los aspirantes a la Rectoría que tienen más tiempo de participar en las labores de gobierno y en la toma de decisiones de la institución, y llama la atención que la directora de la Facultad de Filosofía, Gloria Villegas, es la más escueta en la exposición de sus proyectos para la atención de los estudiantes de la Universidad Nacional.
Héctor Hernández Bringas es a su vez el más detallista en el número de programas que planea impulsar, pero la mayoría parte de los avances logrados por la Universidad Nacional Autónoma de México con el objetivo de mejorar los programas que han mostrado éxito.