Fuera partidos de la UNAM: Graue; bienvenida, la diversidad ideológica

rectornuevoExcelsior.- De cara a los comicios presidenciales de 2018, Enrique Luis Graue, quien hoy asumirá como rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advierte: “que los partidos políticos no se metan dentro de nuestras instalaciones”.

Y matiza: “La diversidad ideológica es bienvenida, por supuesto. Y el debate, también. Pero que no se metan”.

El oftalmólogo y exdirector de la Facultad de Medicina, afirma en entrevista que el rector debe estar siempre atento a que la autonomía universitaria se respete.

Aclara que ese concepto no significa extraterritorialidad. “Esto no quiere decir que la autonomía es que no pueda entrar aquí (la policía), a detener a un delincuente. No es deseable que suceda, porque los actos violentos dentro de los campus universitarios pueden terminar siendo más violentos”, dice.

Considera que es un mito el veto laboral hacia los egresados y asegura que los universitarios están en todos los ámbitos.

Sobre la presencia de drogas en la UNAM, admite que sí las hay, pero es parte del problema de inseguridad que no se ha resuelto en el país. Frente a ello, propone generar una cultura de denuncia.

Asegura que el tema de las cuotas está superado y que el pase reglamentado continuará, “tal cual”.

“Aquí no se metan”

Enrique Luis Graue Wiechers envía un mensaje a los partidos políticos, que miran ya hacia 2018: la diversidad ideológica es bienvenida, pero la autonomía universitaria debe respetarse.

Con el pulso que le tomó a la comunidad universitaria durante el proceso que culminó en su elección, Enrique Luis Graue Wiechers responde afirmativamente a la pregunta de si le preocupa la vida de la UNAM en medio de la disputa partidista hacia los comicios presidenciales de 2018.

“Sí, claro”, responde franco el oftalmólogo que hoy tomará las riendas de la máxima casa de estudios, “porque el rector debe estar siempre atento a esto y debe estar permanentemente manifestándose, y ésta es una gran oportunidad para hacerlo, que la autonomía debe respetarse”.

El ahora exdirector de la Facultad de Medicina hace un llamado a los protagonistas de la contienda política que se avecina: “Aquí, esta autonomía, es la capacidad de expresarnos. Pero que los partidos políticos no se metan dentro de nuestras instalaciones. La diversidad ideológica es bienvenida, por supuesto. Y el debate, también. Pero que no se metan”.

Sobre el reconocimiento social hacia la institución, Graue asume que siempre habrá espacio para mejorar. Sin embargo, considera que es un mito esa idea del veto laboral hacia los egresados de la Universidad.

“Nunca lo he visto en ningún lado, pero que dicen que un día alguien publicó eso...Y déjeme decirle que si alguien publicara eso, qué bueno que no contrató a un universitario, porque ese individuo es verdaderamente un (Donald) Trump.

“No veo que eso pueda ser factible. Nuestros egresados están en todos los campos. A ver: el hombre más rico de México es egresado de nuestra Universidad. Estamos muy orgullosos de él, como lo estamos de aquel que trabaja con un salario bajo”, plantea.

AUTONOMíA “NO ES EXTRATERRITORIALIDAD”

Entrevistado en las oficinas que ocupó los últimos siete años en la Facultad de Medicina, el futuro rector de la UNAM considera que la autonomía “siempre ha estado bien definida”, y la concibe como la capacidad de decidir, a través de cuerpos colegiados, “cómo nos gobernamos, cómo educamos, para qué y cómo investigamos y cómo administramos los recursos”. Sin embargo, aclara, la autonomía “no es extraterritorialidad”.

“Esto no quiere decir que la autonomía es que no pueda entrar aquí, a detener un delincuente, alguien. Eso no es la autonomía, por supuesto. No es deseable que suceda. Porque los actos violentos dentro de los campus universitarios pueden terminar siendo más violentos.

“Pero si sucede algo inadecuado, que pueda aquí haber un herido o, en fin, un acto violento, por supuesto que la policía podría entrar eventualmente. Y diría que esto tiene que platicarse. Y tener una relación muy estrecha con las autoridades judiciales competentes. Y la Universidad las tiene”.

DROGAS E INSEGURIDAD

Se habla de droga en algunos espacios de la Universidad— se le plantea.

—Debe haber, sí, claro que sí.

“Hay que aceptar que la Universidad y los campus universitarios están situados en México y que México es un país inseguro que no ha resuelto estos problemas. Y sí, nos permea esa inseguridad.

“No vamos a vivir con murallas, tampoco. Ésta es una casa abierta. Y así debe de ser”, asume.

Frente a esta realidad, se propone generar una cultura de denuncia oportuna y rápida, “que no la tenemos”. Habla de establecer una aplicación telefónica universitaria vinculada a una capacidad institucional de reacción inmediata. Confía en que es posible, porque hay la tecnología para hacerlo. “Tampoco es tan costoso”, comenta.

Se refiere a una mejor vigilancia en los estacionamientos y en áreas que califica como “descobijadas, donde puede haber robo de coches”.

Esto, precisa, deberá hacerse con la colaboración de las autoridades competentes.

DEBATE SUPERADO

Graue asegura que su periodo será de consolidación, de utilizar más las nuevas tecnologías de la información, de poner al día el Sistema de Universidad Abierta, de vincular aún más a la institución con el diseño de soluciones a los problemas nacionales, mismos que, alerta, requieren de salidas en las que hay que sumar varias disciplinas.

Se refiere a la desigualdad, a la inseguridad, a la migración y a la diabetes, que demandan respuestas de la academia y la investigación.

Considera fundamental mejorar la calidad del bachillerato, pero rechaza cualquier pretensión de eliminar el pase automático o establecer cuotas de recuperación, en una universidad donde más del 60% de los alumnos, sostiene, provienen de familias con menos de cuatro salarios mínimos.

“El 92%, dicen las estadísticas, otras señalan que 98% de los estudiantes tiene teléfono celular. ¿Qué quiere decir esto? Que las familias hacen un sacrificio brutal para que sus hijos tengan educación superior.

“Por supuesto que la UNAM sigue siendo un motor de movilidad social. Por supuesto que para el Estado debe ser muy importante que esto siga sucediendo. Y que cada vez suceda en forma más eficaz.

“Con esto quiero decir que para el Estado es importante seguir financiando mejor, cada vez, a las instituciones de educación superior y entre ellas a la UNAM”, plantea.

A 25 años de que se intentó por primera vez reglamentar el pase automático de los egresados del bachillerato de la UNAM a los estudios de licenciatura y establecer cuotas de recuperación, el rector designado considera que los impulsores de aquella visión “están totalmente equivocados”.

A la pregunta de si esos temas que entonces se plantearon como cambios indispensables para la excelencia académica son cosa del pasado, Graue responde tajante con un “totalmente”.

“Es un debate superado. El pase reglamentado continuará, tal cual”.

Pero admite que una meta de su rectorado es la de tener el mejor bachillerato nacional. “Podemos hacerlo”, confía.

En el tema del financiamiento también es determinante: “En las cuotas nada qué ver. La educación pública debe de ser así: financiada por el Estado. Sería imposible que sucediera esto (que las cuotas fueran una ración importante de los recursos invertidos por el Estado en la educación)”.

EQUIDAD DE GÉNERO

De su equipo de trabajo en Rectoría, Graue señala que “será plural, con gente muy competente y procurando una equidad de género”.

Sobre ese tema, señala que en la Universidad “se cumple bastante bien”, en tanto se cuenta con lineamientos emitidos por el Consejo Universitario; hay un programa de equidad de género, recuerda, que hace propuestas en forma permanente.

Pero ofrece “ir un poco más allá” con el establecimiento de observatorios en las escuelas, facultades e institutos que vigilen que las condiciones de equidad siempre se cumplan.

“Entendiendo con esto que si hay un hombre más competente que una mujer, pues el que se lo merece es el hombre. Y que cuando haya la misma cantidad de incompetentes hombres que de incompetentes mujeres en los puestos de poder, entonces habremos llegado a la equidad de género”.

Con De la Fuente

De la idea que se ha difundido en los medios de que su designación fue producto de un escenario que se polarizó entre un aspirante afín al gobierno y otro a la izquierda partidista, sostiene: “Que el gobierno haya pretendido intervenir, de ninguna manera. Todo mundo tiene derecho a tener filiaciones muy personales. Pero no creo que eso se haya dado. No puede documentarse. No creo que haya sido cierto”.

Se dice muy contento por su nombramiento y aclara: “Yo no tengo ninguna filiación política. Se lo puedo asegurar. Ni tengo ningún compromiso con nadie, más que con la Universidad”.

Respecto a las versiones de que él representa al grupo del exrector Juan Ramón de la Fuente o que su designación representó una negociación entre él y el rector saliente, José Narro Robles, el tercer médico que consecutivamente llega al piso 10 de la Torre de Insurgentes, señala:

“Los médicos tampoco tenemos un grupo. Es parte de la imaginaria popular. Los médicos nos agrupamos alrededor de nuestras especialidades. Los sanitaristas tienen su grupo. Ahí está el doctor Narro. El doctor De la Fuente, del ambiente psiquiátrico, y yo estoy en el ambiente de los oftalmólogos.

“Hay una amistad muy vieja, muy sólida con el doctor De la Fuente. Crecimos muchas cosas juntos. Fuimos estudiantes inquietos en esta facultad.

“Nuestras esposas fueron amigas. Mónica lamentablemente falleció. Nuestros hijos se llevan muy bien. Nunca hemos trabajado juntos. No tenemos ni un artículo juntos. Nunca ha sido mi jefe ni yo su empleado ni viceversa. Eso sí: nos hemos divertido mucho juntos durante muchos años. Por supuesto que en esta amistad me dijo ‘claro que te apoyo’. Pero eso no quiere decir que haya hablado con nadie. Era un apoyo moral. Y yo no creo que Ramón se hubiera atrevido a violentar un proceso.

Acerca de un distanciamiento entre De la Fuente y Narro, dice: “No hay tal, hombre. No hay tal. Nos conocemos (los tres) hace 42 años. Tampoco soy ningún búfer entre ellos”.

Sobre la viabilidad del discurso de la izquierda (particularmente de Morena) que anuncia como bandera hacia el 2018 la apertura de nuevas universidades para dar respuesta a todos los jóvenes en edad de cursar estudios superiores, Graue plantea:

“A mí me parece que es una buena idea, entendiendo que siempre la educación tiene la limitación de que los estudiantes tienen que aprender.

“Abrir las puertas no quiere decir inscríbete y quédate aquí para siempre y no tienes ningún estándar de reconocimientos que pasar. No. Eso no.

“Pero la oferta educativa la tenemos que tener para todos aquellos en edad de estudiar. Y, de hecho, va a tener que suceder. El bono demográfico nos va llevar ahí”, confía.