Petróleo en Nueva York se desploma más de 7 dólares

petroleo-mexicoLa Jornada
Nueva York. El petróleo en Nueva York se derrumbó más de 7 dólares este viernes con relación al miércoles por la noche, a su nivel más bajo desde 2010, tras la decisión de la OPEP de no recortar su producción.

El barril de "light sweet crude" (WTI) para entrega en enero bajó 7,54 dólares en el New York Mercantile Exchange (Nymex) con relación al último cierre oficial del miércoles (el jueves fue feriado en EU), y se colocó en 66,15 dólares.

Por su parte, el Brent valía 72.80 dólares.

Reunidos ayer jueves en Viena, los ministros de la OPEP decidieron mantener su techo de producción en 30 millones de barriles diarios durante los próximos seis meses y renunciaron a reducir la oferta para sostener los precios, que han caído un 35 por ciento desde junio.

Ante ese derrumbe de las cotizaciones, algunos países del cártel –entre ellos Venezuela– pidieron en vano una reducción de la producción para volver a hacer subir los precios.

Pero las petromonarquías del Golfo –con Arabia Saudita y Kuwait a la cabeza–, que tienen grandes reservas en divisas, se negaron a ello. Además, con un objetivo claro: soportar precios bajos el tiempo necesario para competir con el emergente petróleo de esquisto, masivamente producido ahora en Estados Unidos.

"Los productores de petróleo de esquisto van a tener que hacer frente cada vez a más problemas con un barril por debajo de los 70 dólares", consideran los analistas de Commerzbank.

La decisión de la OPEP de no reducir la producción crudo está golpeando con dureza a las grandes compañías energéticas de Estados Unidos y el mundo.

Las acciones de Chevron, ConocoPhillips y Exxon Mobil cayeron más del 4 por ciento, y las de la británica BP retrocedieron 6 por ciento, Chesapeake Energy perdió casi 12 por ciento.

Si los precios caen 2 por ciento más, o sea algo menos de 2 dólares, el precio del barril de crudo caerá a niveles inéditos desde septiembre de 2009, cuando Estados Unidos caía en la crisis económica más grave desde la Gran Depresión.

La caída de los precios de combustibles apuntalan la confianza de los consumidores, que gastan mucho menos en llenar los tanques de gasolina de sus autos o en la calefacción de sus casas.