La dependencia recomienda realizar una actividad física al menos 30 minutos diarios, en función del estado físico de cada persona.
Entre las opciones que pueden elegir las personas están: caminar a paso ligero, bailar, andar en bicicleta, nadar o correr.
La SESA dio a conocer que los beneficios de adquirir el hábito de hacer ejercicio son que reduce la hipertensión arterial, ayuda a controlar el peso y disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes tipo 2 y diversos tipos de cáncer; además, mejora la resistencia de los huesos y la fuerza de los músculos, así como el equilibrio, la flexibilidad y la aptitud física.
Para las personas mayores, la actividad física mejora el equilibrio, ayudan a evitar caídas y lesiones; en los niños favorece el crecimiento, el desarrollo y reduce el riesgo de padecer enfermedades en la edad adulta.
La actividad física regular también mejora la salud mental, reduce el riesgo de padecer depresión y deterioro cognitivo, retrasa la aparición de la demencia y mejora la sensación general de bienestar. (Boletín)