Los probables responsables privaron de la vida al hoy occiso con disparos de arma de fuego por problemas personales.
El trabajo coordinado y de campo del personal que labora en las distintas áreas de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) permitió la captura de los hermanos Clemente y Gustavo Barba Cortés, quienes privaron de la vida con disparos de arma de fuego a un elemento del ejército mexicano en diciembre de 2009, por rencillas personales.

Esta acción, se concretó gracias a las pesquisas que comenzaron los oficiales de la Policía de Investigación, el 11 de diciembre de 2009, cuando en compañía del grupo de especialistas de la dependencia encargada de procurar justicia, acudieron al levantamiento del cadáver de una persona del sexo masculino en el interior de un hospital particular ubicado en la comunidad de San Buenaventura Atempan, municipio de Tlaxcala.
Posterior a las diligencias, se determinó que la causa de muerte de quien en vida respondió al nombre de Ángel Suárez Lima, que al morir contaba con 32 años de edad, y quien se desempeñaba como Capitán Segundo de Intendencia de Infantería del Ejército Mexicano en el estado de Veracruz, fue por traumatismo craneoencefálico secundario a herida por proyectil de arma de fuego penetrante en cráneo.
De inmediato, los detectives iniciaron las indagatorias correspondientes; asimismo, recabaron testimonios de personas que atestiguaron los hechos, indicios que los condujeron a conocer que dos hermanos que responden a los nombres de Clemente y Gustavo Barba Cortés, privaron de la vida al hoy occiso con armas de fuego por rencillas personales en la población de Santiago Tepeticpac, municipio de Totolac.
Con las pistas, el Agente del Ministerio Público logró que el Juez Primero de lo Penal del Distrito Judicial de Guridi y Alcocer obsequiara la orden aprehensión dentro del proceso 24/2010, por el delito de homicidio calificado.
Con el mandamiento judicial, los detectives se trasladaron la mañana del 1 de julio del año en curso, al municipio de Tlaxcala, donde localizaron a los probables responsables y posteriormente fueron recluidos en el Centro de Reinserción Social (Cereso), desde donde enfrentarán su proceso legal.