putin misliesMoscú, Rusia.- (La Jornada) El arsenal nuclear de Rusia, antes de que finalice el presente año, contará con un añadido de calidad: 40 misiles balísticos intercontinentales, “capaces de eludir cualquier sistema de defensa entre los técnicamente más avanzados del mundo”, informó hoy el presidente Vladimir Putin.

Con este mensaje a Estados Unidos y sus aliados, el jefe del Ejecutivo ruso inauguró este martes “un foro técnico-militar internacional”, eufemismo por feria de armamento, en la localidad de Kubinka, en las afueras de Moscú.

Es, sin duda, una buena noticia frente a la posibilidad de que Washington estudia de emplazar en estos días armamento pesado, misiles de corto y medio alcance, cazabombarderos F-22 y tanques en bases militares colindantes con el territorio ruso, esto es, en países del Báltico y Europa del Este, y que de llevarse a cabo supondría el mayor despliegue militar estadunidense en Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

A la fecha –así lo confirmó hoy el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Aleksei Meshkov– no funciona ninguno de los programas de cooperación acordados entre Rusia y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).

“Ocurrió todo de un modo lapidario: nos entregaron los conmutadores telefónicos por los cuales era posible comunicarse sin demora en caso de situaciones críticas, y ahí acabó todo”, resumió Meshkov.

La creciente confrontación con Estados Unidos y los países de la OTAN, que lleva el distanciamiento a niveles nunca antes observados y próximos a una ruptura definitiva, hace que se sitúe en primer plano la producción de armamento de nueva generación que no tiene análogos en el mundo como los tanques Armata o los carros blindados Kurganets o Bumerang, cuyas primeras unidades fabricadas ya empiezan a incorporarse al ejército ruso.

La idea, de acuerdo con la explicación a grandes rasgos ofrecida este martes por Putin, es hacer invulnerable a Rusia, para lo cual –subrayó– es indispensable formar dos grandes nudos estratégicos con armamento renovado en torno a las potentes estaciones de radares que protegen el espacio aéreo del país desde el occidente y el oriente.

En el mismo sentido, el general Aleksandr Golovko anunció hoy la creación de las Fuerzas Aéreo-Espaciales, una nueva rama del ejército ruso, que se posiciona como un eslabón adicional del escalonado sistema ruso de prevención de ataques con misiles.

Entretanto, en dos regiones cercanas a Crimea, en el sur del país, el ejército ruso realiza desde este martes una nueva demostración de poderío al comenzar unas maniobras de las Fuerzas Aéreas, en las que participan 40 cazabombarderos, 20 aviones de asalto y decenas de helicópteros.

Pero no todo son noticias positivas aquí. Aunque no lo digan los voceros del Kremlin, el precio que tiene que pagar Rusia para mantener la paridad nuclear se mide en personas que sobreviven por debajo del umbral de indigencia, o sea, sin tecnicismos, en el incremento de la pobreza.

Desde que comenzó la crisis –ocasionada por la caída del precio de los hidrocarburos y las sanciones por el conflicto de Ucrania–, el número de pobres en Rusia se incrementó en casi tres millones de habitantes y alcanza ahora 16 por ciento de la población, según datos oficiales dados a conocer recientemente.