argentina nissmanBuenos Aires, Argentina.- (La Jornada) Los investigadores descubrieron un perfil genético distinto al del fallecido fiscal Alberto Nisman en su departamento y la Justicia argentina busca establecer a quién pertenece para determinar si tuvo alguna relación con la muerte del funcionario.

La jueza Fabiana Palmaghini ordenó identificar el ADN, que no coincide con el del difunto Nisman. Buscará determinar si la muestra pertenece a Diego Lagomarsino, el experto informático que colaboraba con el fallecido funcionario.

Nisman fue hallado en su departamento con un disparo en la cabeza el 18 de enero, cuatro días después de denunciar a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, por supuesto encubrimiento en la causa de la voladura de la mutual judía AMIA, el peor atentado en la historia del país con 85 muertos y cientos de heridos.

Al día siguiente de la muerte del fiscal, Lagomarsino declaró voluntariamente en la Justicia, donde dijo que le había prestado al funcionario el arma de la que salió el disparo que lo mató. Afirmó que Nisman se la pidió, un día antes de su muerte, porque temía por su seguridad.

El ADN distinto al de Nisman fue hallado en un taza de café. El colaborador, en su relato ante la prensa de semanas atrás, había dicho que tomó un café que él mismo se preparó. Ahora la Justicia busca establecer si hay coincidencias en este sentido.

Nisman murió un día antes de presentarse ante el Parlamento para detallar y presentar pruebas de su resonante denuncia contra la presidenta, su canciller, Héctor Timerman, y otros dirigentes kirchneristas.

El gobierno en un principio abonó la teoría del suicidio. Luego Fernández de Kirchner sostuvo que estaba "convencida" de que no fue un suicidio, aunque señaló que no tenía "pruebas" de ello. No aclaró si consideraba que fue un suicidio inducido o un homicidio.

La familia de Nisman cree que el fiscal no se quitó la vida. La Justicia investiga el caso sin definir en público una única hipótesis.

La mandataria indicó que la muerte de Nisman es una operación contra su gobierno y apuntó a disputas internas en los servicios de espionaje del país, cuya cúpula fue desplazada a mediados de diciembre.

El gobierno informó que el 5 de enero fue jubilado Antonio Stiuso, el poderoso ex espía que llevaba más de 40 años en el organismo de inteligencia y que era la principal fuente de información de Nisman.

En este sentido, el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, evaluó hoy que las llamadas de Nisman a Stiuso pudieron haber sido motivadas por un "cuestionamiento" contra "el despropósito al que lo habían sometido" para que denunciara a la presidenta por supuesto encubrimiento de Irán en la causa AMIA.

"Stiuso era el comandante y Nisman el comandado", advirtió el funcionario, que manifestó que "dentro del marco del suicidio, tenemos que analizar cuál es la forma".

El secretario general de la Presidencia pidió que Stiuso "cuente qué fue lo que habló" con Nisman el día antes de su muerte. Dijo que Stiuso "tendría que ser un mago o un especialista superlativo para no pisarse en algún momento" durante su declaración en la Justicia, que se concretaría en estos días.

Fernández añadió: "Nisman era un hombre muy preparado. Cuanto más estudiaba (la causa contra la presidenta) más se daba cuenta de que lo que había firmado era una porquería".

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, dijo hoy que es "absolutamente necesario y admisible" designar una custodia oficial para el ex agente Stiuso, tal como solicitó la ministra de Seguridad, Cecilia Rodríguez.