"A diario, salgo a la calle a buscar compotas y pañales desechables y regreso a casa frustrada, ya que no logro conseguirlos", informó a Notimex Dora Villavicencio, una madre soltera de nacionalidad colombiana que reside en Venezuela desde hace 15 años.
La escasez de alimentos y productos diversos es un mal crónico en Venezuela desde hace dos años, que se acentuó en los últimos meses y las compotas son los alimentos más preciados y el motivo para que desde madrugada se formen interminables filas en los supermercados.
"Es que si fuera algo para mí no me importaría, ya que yo como lo que sea, pero a mi bebé tengo que darle fórmulas lácteas y alimentos elaborados, pero a pesar de que recorro todos los sitios donde me dicen que puede haber, no los consigo", precisó.
Villavicencio dijo que si hubiera sabido o le hubieran advertido a tiempo que no iba a conseguir como alimentar a su bebé, no lo hubiera traído al mundo, ya que sufre demasiado viendo a su hijo llorar de hambre "y para colmo de males hecho pupú y sin pañales".
Agregó que en las filas se encuentra siempre con una cantidad de caraqueñas embarazadas o recién estrenadas como madres que se quejan porque no encuentran medicamentos pediátricos, ni artículos de higiene infantil, entre estos los pañales desechables.
Patricia, una joven de 17 años de edad y con cinco meses de embarazo, buscaba protegerse del intenso sol de mediodía bajo la sombrilla de un vecino en una fila frente a un supermercado, que al final degeneró en un tumulto.
"Mire señor, estoy muy nerviosa, porque cuando tiraron al suelo las caja de compotas, la gente se puso como loca y comenzaron a lanzarse golpes, tratándose de llevar más de tres envases. Yo me eché a un lado para que no me golpearan, tampoco logré tomar uno", se quejó.
La adolescente futura madre dijo que en su estado natal, Táchira, la escasez es todavía más aguda y es necesario presentar el acta de nacimiento del bebé para comprar pañales y fórmulas lácteas, "ya que de lo contrario los expendedores no te atienden".
Los "baby shower" también han cambiado de tónica, explicó Teresa Arias. Antes a la madre le regalaban juguetes, ropa o artículos para el bebé, incluidos pañales, y golosinas. Ahora regalan alimentos, de cualquier tipo.
"Yo me gané esto", señaló Arias al mostrar un paquete de café y una botella de aceite comestible, artículos difíciles de conseguir en estos tiempos.