banco central chileSantiago, Chile.- (Reuters) - El Banco Central de Chile admitió el miércoles que una esperada recuperación económica en la segunda mitad del año ocurrirá a una velocidad más lenta, por lo que podría retrasarse el retiro del impulso monetario ante una inflación que cede terreno gradualmente.

En la presentación del Informe de Política Monetaria (IPoM), el presidente de la entidad, Rodrigo Vergara, recortó un cuarto de punto porcentual el rango estimado de crecimiento de la economía a 2,25-3,25 por ciento este año y rebajó levemente el cálculo de inflación a 3,4 por ciento a diciembre.

"La actividad y la demanda siguen creciendo a un ritmo moderado. El primer trimestre fue mejor que lo previsto (2,4 por ciento), pero según los datos más recientes el resto del año sería algo menos dinámico que lo estimado", dijo Vergara en una presentación a la Comisión de Hacienda del Senado.

El funcionario agregó que el menor rango de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) considera los recientes aluviones en el norte del país y su efecto en la minería, con una incidencia de una décima menos en el esperado avance de la economía.

Para inyectar un mayor estímulo a la economía, el Banco Central ha dejado estable la tasa de interés clave en 3,0 por ciento en los últimos meses, en lo que se remarcó es una fase "claramente expansiva".

Así, para la demanda interna estimó un crecimiento del 2,6 por ciento este año, impulsado por un consumo que se expandiría un 2,7 por ciento y una inversión que avanzaría levemente un 0,7 por ciento.

POLÍTICAS SIN MARGEN

Detrás del esperado avance de la demanda interna está el fuerte gasto fiscal que impulsa el Gobierno y que crecería un 9,8 por ciento este año.

Sin embargo, Vergara recalcó que los estímulos fiscales y monetarios no pueden sostener de manera persistente el crecimiento de la economía.

"En lo fiscal es evidente que (...) para cumplir con los compromisos en esta materia (balance estructural hacia el 2018), el gasto no puede seguir creciendo a futuro a las tasas proyectadas para este año", dijo el jefe del Banco Central.

La autoridad monetaria reconoció que la inflación sigue elevada, pero ha retrocedido en los últimos meses por una menor actividad doméstica y un peso chileno que, con volatilidad, no ha seguido depreciándose.

"El menor dinamismo de la actividad y una inflación que se reduce gradualmente en línea con lo esperado sugieren que, de darse los supuestos (...) el retiro gradual del impulso monetario sería algo más tarde que lo planteado en marzo", admitió el presidente de la entidad.

No obstante, Vergara enfatizó que más allá de posibles ajustes menores, que dependerán de la evolución del ciclo económico, es "indudable que tanto la política monetaria como la fiscal ya han hecho su trabajo y no hay más espacio relevante para ambas".

RECUPERAR CONFIANZA

Para retomar el crecimiento económico en la segunda parte del año, Vergara destacó que es necesario una mejoría relevante de los índices de confianza de los hogares y las empresas, "lo que hasta ahora no ha ocurrido".

"En la medida en que esta situación se prolongue, es posible que el gasto interno y la actividad no muestren el mayor dinamismo que se espera", dijo la autoridad monetaria.

La advertencia de Vergara ocurre en momentos que el país atraviesa por una profunda crisis de confianza por denuncias de casos que mezclan la política y los negocios, junto con el distanciamiento del empresariado tras la reforma tributaria impulsada por el gobierno de Michelle Bachelet.

"Es imprescindible procurar un ambiente que permita la recuperación de la inversión, ganar eficiencia en la asignación de recursos, y aumentar la productividad", dijo Vergara.

En medio de este panorama local, la autoridad destacó que las economías emergentes siguen presentando riesgos relevantes, especialmente por la baja en los precios de las materias primas.

Para el precio del cobre, principal exportación del país, la entidad pronosticó un valor de 2,80 dólares por libra.

Así, la balanza comercial arrojaría un superávit comercial de 7.700 millones de dólares este año, mientras que el saldo de la cuenta corriente arrojaría un déficit del 0,4 por ciento del PIB estimado para este año.