correaAFP y EFE.- Ecuador enfrentó ayer intensas protestas y el bloqueo de varias vías, en una jornada de rechazo al gobierno y a una reforma constitucional que permitiría la reelección del presidente Rafael Correa.

Siete policías resultaron heridos en choques con manifestantes indígenas en el sur del país, según un balance de las autoridades.

Pese al llamado de sectores sindicales e indígenas a paralizar actividades, los servicios de transporte, educación, salud y justicia se prestaban con regularidad en las principales ciudades, aunque muchas personas se abstuvieron de salir.

En seis de las 24 provincias los nativos bloquearon vías. Un grupo de ellos taló árboles y los arrojó sobre la Panamericana Sur, la carretera que conecta con Perú.

“Total normalidad en principales ciudades. Lamentablemente, el viejo país, utilizando a indígenas, bloquearon” algunas carreteras, escribió Rafael Correa en su cuenta de Twitter.

Agregó que “ante el fracaso del paro”, sus adversarios recurrieron al “cierre de vías” y llamó a los transportistas –aliados del gobierno– a “indignarse”.

Quito es el foco de las protestas, la más intensa que enfrenta el gobierno desde la rebelión policial de 2010 que dejó diez muertos, y que fue considerada por Correa como un intento de golpe de Estado.

Decenas de indígenas, que acamparon en un parque central de Quito tras realizar un recorrido de 800 kilómetros a pie y en auto desde el sur del país, marcharon ayer por Quito antes de sumarse a una movilización de sindicatos.

Los oficialistas también se concentraron frente a la sede presidencial para impedir los supuestos planes golpistas denunciados por Correa.

Los reclamos contra el gobierno son de toda índole, pero confluyen en la exigencia de que se retire un paquete de reformas que debe ser aprobado en diciembre por el Congreso oficialista.

Entre las enmiendas está una que permitiría a Correa, en el poder desde 2007, presentarse a un nuevo mandato de cuatro años en las elecciones de 2017.