La partida, es parte de los 13.4 millones de dólares que la Oficina Nacional de Control de las Drogas (ONDCP) de la Casa Blanca destinará al programa de Áreas de Alta Intensidad de Tráfico de Drogas (HIDTA, por sus siglas en inglés).

Michael Botticelli, director de la ONDCP, explicó que la nueva estrategia responderá a la crisis de salud provocada tanto por el aumento en el consumo de heroína como de medicamentos por prescripción, y que calificó de epidemias.

La nueva estrategia de respuesta a la heroína demuestra un fuerte compromiso para responder a la epidemia de la heroína y los opiatos prescritos, que son tanto un problema de salud como de seguridad”, dijo en un comunicado.

De la partida contra la heroína 2.5 millones serán destinados a apoyar el HIDTA en la región de los Apalaches, que comprende partes de Nueva York, Alabama, Misisipi y Georgia, y la región de Nueva Inglaterra (Maine, Vermont, Nueva Hampshire y Massachusetts).

Otras áreas a las que se destinarán fondos serán las de Filadelfia, Nueva York-Nueva Jersey y la de Washington-Baltimore.

Botticelli dijo que la administración Obama continuará ampliando los esfuerzos comunitarios para prevenir el uso de drogas como la heroína, cuyo aumento ha sido atribuido por las autoridades a una mayor disponibilidad derivada de un mayor tráfico.

Esto quizá explica el hecho de que 1.3 millones de dólares serán destinados a cinco programas ubicados en la frontera sur, apoyando labores de investigación policiaca contra las organizaciones criminales y reducir el flujo de drogas en general.

En su Evaluación Nacional de la Amenaza de la Heroína presentada en mayo pasado, la Administración Federal Antidrogas (DEA) indicó que los carteles mexicanos están expandiendo sus operaciones de tráfico de heroína negra para obtener un mayor mercado en la costa este de Estados Unidos.

El mercado de heroína ha estado históricamente dividido a lo largo del Río Misisipi, donde los mercados del oeste consumen heroína café, y los mercados del este usan heroína blanca procedente de Sudamérica desde hace dos décadas, según la radiografía de la DEA.

El consumo de heroína es más común en los estados del noreste y del medio oeste industrial, siendo los mercados más lucrativos las ciudades de Baltimore, Boston, Chicago, Nueva York, Filadelfia y la capital.