El objetivo de la cumbre de Malta es establecer una colaboración entre ambas partes del Mediterráneo, entre emisores y receptores de inmigración, para tratar de frenar el fenómeno, que se suma a la avalancha de refugiados que debe gestionar Europa. Para ello, el bloque comunitario ha ofrecido la creación de un fondo fiduciario de emergencia para África dotado con hasta 3.600 millones de euros. A cambio, espera que sus socios africanos se comprometan a aplicar de forma efectiva las políticas de repatriación, de manera que puedan devolverse a los inmigrantes irregulares sin derecho a asilo a sus países de origen.

Jean Christophe Dumont, jefe de migraciones internacionales en OCEDE explicó a RFI que la multitud de origen de los flujos hace necesario una combinación de estrategias.

"En esta crisis hay varias crisis juntas. Los sirios representan sólo una parte. Entre sirios, eritreos e iraquíes eran menos del 30% de las demandas en la primera mitad de este año. Hay otras naciones concernidas como Nigeria o Gambia en Italia, el Congo para Bélgica o Francia. Son otros flujos al mismo tiempo y hay que tratar cada uno de forma distinta por las causas son distintas", afirmó.

En la cumbre se prevé la aprobación de una declaración política y un plan de acción de cinco puntos centrado en las causas de la inmigración irregular, las vías de acceso legal a Europa, la protección de los refugiados, la lucha contra el tráfico de seres humanos y la política de repatriaciones. La cumbre concluirá el jueves y, acto seguido y también en La Valeta, se celebrará una cumbre extraordinaria de líderes de la Unión Europea.