Macedonia, junto con otros países de los Balcanes en la ruta de los emigrantes, empezó a rechazar a quienes calificó como "emigrantes económicos" hace casi dos semanas. Grupos de defensa de los derechos humanos criticaron la medida, bajo la cual sólo se permite el paso a sirios, iraquíes y afganos.

Las nuevas restricciones provocaron días de protestas de iraníes, paquistaníes, marroquíes y personas de otros países que están retenidos en improvisados campamentos en las fronteras.

La violencia del sábado estalló cuando una persona, al parecer marroquí, se electrocutó y quedó con quemaduras graves cuando trepó al vagón de un tren.

Un fotógrafo de Reuters que estaba en el lugar relató que una multitud enojada empezó a arrojar piedras a las líneas de soldados macedonios. Los efectivos respondieron con gases lacrimógenos y granadas.

En un flujo que empezó hace unos 18 meses, los inmigrantes han estado entrando por las fronteras de los países de los Balcanes, tras llegar a Grecia desde Turquía en bote.

Grupos de derechos humanos afirman que las convenciones internacionales exigen a los países que procesen las solicitudes de asilo según mérito y no en base a la nacionalidad.

Más temprano el sábado, los soldados macedonios habían empezado a colocar postes de metal de unos 3 metros de altura en el suelo, construyendo una barrera similar a la levantada por Hungría en su frontera sur, aunque el Gobierno de Skopje afirmó que no planeaba sellar completamente el acceso.