Según los resultados de un estudio realizado por la consultora Poliarquía, publicados el sábado por los medios locales, la imagen positiva de Macri se ubica en febrero en 58 por ciento mientras que en enero alcanzaba el 64 por ciento.

La aprobación actual a su gestión es del 52 por ciento, una cifra que registra una caída de 6 en comparación con el último mes.

Otra encuesta llevada a cabo por Haime & Asociados, afirma que el índice de la aprobación de la gestión del mandatario bajó en febrero a 53 por ciento, lo que significa una caída de 9 puntos respecto a diciembre.

Además, la cifra de los partidarios del Gobierno refleja un descenso de 5 puntos y llega a 44 por ciento mientras quienes se declaran opositores crecieron del 20 por ciento al 32 %.

Estos resultados se suman a un estudio comparativo que hizo el encuestador Raúl Aragón entre sus tres últimas mediciones realizadas el 22 de noviembre, entre el 5 y el 9 de enero y entre el 15 y el 19 de febrero.

El trabajo demostró que en principio, el 80 por ciento de los encuestados evaluaba democrática la gestión del nuevo Gobierno argentino, pero la idea cayó al 60 por ciento en febrero.

Según otra encuesta publicada el 14 de febrero por el diario local Página 12, entre las razones que han dado pie a esta caída de aprobación se destaca la economía, sobre todo en la trepada de precios y tarifas de los servicios. Además reapareció el fantasma de la desocupación que en los años 90 —durante el mandato del expresidente Carlos Menem— aquejó el país.

Adoptando una serie de “medidas reformistas”, en particular, en el sector económico y laboral después de haberse instalado en la Casa Rosada, Macri se enfrenta a las críticas y manifestaciones por parte de la nación argentina en su conjunto.

Sin embargo, la gestión del dignatario argentino cree que las nuevas decisiones “son de urgencia y necesidad” para el pueblo en un intento para poder contrarrestar, según alega, el efecto negativo que trajeron los planes desarrollados por los anteriores gobiernos kirchneristas.