Durante el mes de julio se registraron unas 7 mil suspensiones en Argentina, cifra con la cual asciende a 25 mil el total de personas afectadas por esta modalidad que se ha hecho cada vez más común desde la llegada de Mauricio Macri a la presidencia de la nación.

Según detalla el medio argentino Página 12, además de las suspensiones, durante el séptimo mes del año también se registraron alrededor de 8 mil despidos, llegando así a las 169 mil cesantías durante 2016.

Desde que Macri asumió el mandato, Argentina se ha visto envuelta en una creciente ola de despidos, a la que se le suman las suspensiones, una modalidad a la que recurren los empresarios para bajar la carga horaria de los obreros y reducir también su salario, lo que a la larga termina por convertirse en despidos abiertos o sus variantes: retiros voluntarios y la jubilación anticipada.

EL DATO: Este mecanismo ha sido mayormente utilizado en los sectores siderúrgico, textil, automotor, autopartista, de artículos para el hogar, metalúrgico y de materiales para la construcción.

Las políticas neoliberales del Gobierno argentino han desembocado, entre otras cosas, en una caída de la demanda interna y externa, un inminente tarifazo y una incesante devaluación, lo que ha hecho crecer rápidamente el desempleo, el hambre y la inestabilidad económica de los ciudadanos.

Según datos del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el total de despidos desde principios de año llega a 169 mil 933, mientras que se acumulan 24 mil 489 suspensiones al incorporar las 7 mil 67 registradas en julio.

Por otra parte, desde la Asociación Obrera Textil (AOT) advierten que en el sector hay entre 3 mil 800 y 4 mil suspensiones, mientras que en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) denuncian que hay 20 mil trabajadores en esta situación.