p81027179Notimex.- Brasil inició la cuenta regresiva para los comicios de mañana domingo, cuando se elegirá al próximo presidente en un clima de tensión por la decisión de algunos jueces de retirar pancartas e interrumpir clases en al menos 30 universidades que protestaron contra “el fascismo”.

El candidato de la ultraderecha y favorito en las encuestas, Jair Bolsonaro, no tuvo agenda pública en vísperas de la elección, pero se reunió con representantes de iglesias pentecostales y con miembros de su equipo en Río de Janeiro.

Bolsonaro, que pese a haber caído seis puntos en las encuestas en la última semana mantiene 12 puntos de ventaja en la intención de voto frente al socialista Fernando Haddad, moderó su radical discurso en los ltimos días y a través de su red social Twitter dijo que su prioridad será la economía y la familia.

En Brasilia, donde el auge de Bolsonaro provocó un terremoto al renovar la mitad de la Cámara de Diputados con novatos, grupos de votantes a favor del exmilitar desfilaron con autos por la Explanada de los inisterios, corazón de la capital política de un Brasil que, si se confirman las encuestas, será gobernado por este controvertido exmilitar y diputado.

Las últimas horas de la campaña electoral en Brasil, una de las más polarizadas en décadas, estuvieron marcadas por la decisión de una juez de la Corte Suprema de impedir que se produzcan nuevas acciones de censura en universidades y centros educativos públicos.

En los últimos días, al menos 30 centros universitarios de siete estados del país que exhibían pancartas “contra el fascismo” fueron blanco de acciones policiales y fiscales en busca de propaganda por órdenes de jueces electorales que estimaron que la ley brasileña impide que edificios públicos sean usados como plataformas para apoyar a un candidato.

La medida, criticada por parte de la sociedad civil y vista como un preludio de lo que podría suponer la victoria de Bolsonaro para la libertad de expresión, fue revocada por la juez del Supremo Tribunal Federal (STF), Carmen Lucia, quien argumentó que "el pensamiento único es para dictadores”.

Por su parte, el candidato socialista Fernando Haddad participó en un acto multitudinario en uno de los barrios más pobres de Sao Paulo, con el objetivo de intentar remontar por medio de los votos de las periferias urbanas del sudeste del país, que votaron en masa por Bolsonaro en el primer turno.

Haddad, exministro de Educación y profesor universitario, prometió duplicar el número de efectivos de la policía federal del país –vista como la menos corrupta respecto a las civiles y militares de cada estado de Brasil- para combatir la criminalidad, en un país con elevada tasa de homicidios y asaltos.

A pesar de que se especuló que Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), podría recavar los votos de todos los candidatos que quedaron fuera del segundo turno para hacer un “frente común democrático” contra Bolsonaro, el exalcalde de Sao Paulo no recibió un apoyo masivo.

Ciro Gomes, el tercer candidato más votado en el primer turno con 12.5 millones de votos, dijo este sábado que no quiere tomar partido en el segundo turno, frustrando la estrategia de Haddad, quien logró remontar en los sondeos, pero quien arrastra 13 años del gobierno del PT con escándalos de corrupción, crisis económica y desempleo.

Más de 147 millones de brasileños están llamados a votar mañana dpmingo a las urnas a partir de las 08:00 horas locales (11:00 GMT) en unos comicios que, además del nuevo presidente, deben definir las votaciones de segundo turno en estados importantes del país, como Sao Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais.