1128 cumbre hambreRoma, 28 Nov (Notimex).- Ante el aumento de la desnutrición en el mundo, que pone en peligro el objetivo de acabar con todas las formas de malnutrición para el año 2030, iniciaron hoy los trabajos de la conferencia global que pretende acelerar los esfuerzos para lograr el Hambre Cero en el mundo.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) inauguraron la conferencia este miércoles en Bangkok, Tailandia.

Tras décadas de notables reducciones en el número de personas subalimentadas, el hambre avanza de nuevo, según el más reciente informe publicado por la FAO y otros cuatro organismos de Naciones Unidas (ONU), en el que indicaron que unos 820 millones de personas en el mundo están malnutridas.

“Este es el tercer año consecutivo en que el progreso para acabar con el hambre se ha estancado, y ahora incluso el hambre ha aumentado. Más de 820 millones de personas la padecen, y muchas más están malnutridas", aseguró el director general de la FAO, José Graziano da Silva.

Indicó que el retraso en el crecimiento infantil representa un grave problema y casi dos mil millones de personas sufren aún de hambre oculta: una carencia de nutrientes importantes.

Señaló que también hay que incluir a las personas con sobrepeso u obesidad, tras subrayar que la cantidad de personas con hambre y malnutridas en el mundo ha vuelto a niveles que no se veían desde hace diez años.

“Tras décadas de avances en la lucha contra el hambre, se trata de un serio revés y la FAO y los organismos asociados de la ONU, junto con los gobiernos de los países miembros y otros socios, están todos muy preocupados“, reconoció.

Si bien existen grandes desafíos para lograr el Hambre Cero, la FAO y el IFPRI enfatizaron en que alcanzar ese objetivo es todavía posible.

“Tras muchos años de enorme progreso global en la reducción del hambre y la malnutrición, la dolorosa realidad es que nuestro ritmo actual no es suficiente para acabar con el hambre para 2030, pero aún podemos lograr este objetivo”, declaró el director general del IFPRI, Shenggen Fan.

“Muchos países, desde China a Etiopía, Bangladesh y Brasil, han logrado reducciones notables en el hambre y la malnutrición, y esos éxitos representan importantes lecciones para aquellos lugares que se esfuerzan actualmente por alcanzar progresos considerables”, agregó.

La conferencia –a la que acuden delegados sobre todo de África y Asia-, supone una plataforma para acelerar el intercambio de los conocimientos especializados, enfoques y herramientas que han conducido al éxito en muchos países, para que otros puedan aprender, adaptar y acelerar su propio trabajo para reducir el hambre y la malnutrición de manera sostenible.

Si bien África sigue siendo el continente con mayor porcentaje de víctimas del hambre, la región de Asia y el Pacífico cuenta con la cifra total más elevada de personas subalimentadas: más de 500 millones según estimaciones de la FAO.

La importancia de este desafío global significa que debe abordarse de manera eficaz e inmediata.

Por ejemplo, la región de Asia y el Pacífico alberga a más del 60 por ciento de las personas subalimentadas del mundo, y para que pueda alcanzar el Hambre Cero en 2030, los países de la región deben sacar en su conjunto a más de 110 mil personas de la espiral del hambre. Y eso todos los días durante los próximos 12 años.

Según la FAO, el aumento del hambre en el mundo va acompañado de un incremento en la obesidad, que trae consigo un abanico muy variado de retos económicos y de salud para el mundo actual y en el futuro.

La conferencia destacó cómo se han logrado grandes avances en muchos países para reducir el hambre y la malnutrición -de manera rápida y sostenible-, a través de mejoras en las políticas públicas, inversiones enfocadas y el aprovechamiento de las nuevas tecnologías.

Bangladesh, por ejemplo, ha conseguido una de las reducciones más rápidas de la historia del bajo peso infantil y el retraso del crecimiento, en gran parte mediante el uso de políticas públicas innovadoras para mejorar la agricultura y la nutrición.

El crecimiento económico en China sacó a millones de personas tanto del hambre como de la pobreza, mientras que Brasil y Etiopía transformaron sus sistemas alimentarios y redujeron la amenaza del hambre a través de inversiones específicas en investigación y desarrollo agrícola (I+D) y programas de protección social.