chieapanamabasuraAFP.- El plástico, el nuevo "demonio" del mundo, comienza a preocupar a sociedades de América Latina y en países como Chile y Panamá se movilizan en busca de soluciones para darle una segunda oportunidad o evitar que termine en el mar.

Algunas iniciativas de reciclaje que ya son hábitos ciudadanos en ciudades como San Francisco o Berlín, recién empiezan a considerarse en Chile, que figura entre los primeros países generadores de basura de América Latina.

El país sudamericano aprobó hace tres años una ley que promueve el reciclaje, empresarios impulsan el manejo eficiente de los residuos, mientras que en Panamá algunas comunidades se organizan para educar a la población y terminar con la extendida práctica de lanzar la basura a los ríos.

Con su empresa 'Enfaena', el empresario chileno Franz Kramer intenta convencer a la industria local del plástico que reutilizar su basura y transformarla en nuevos productos reduce el impacto ambiental y además les da ganancias.

Intentamos que las empresas logren entender de una forma distinta cómo se relacionan con los residuos que se han transformado en basura; que entiendan que no tienen un residuo en la mano sino un subproducto que tiene valor", explica Kramer.

En un galpón, Kramer apila cientos de fardos de desechos de plástico, que en vez de ir a la basura serán triturados para volver a convertirse en botellas, tejas, fibra sintética, colgadores de ropa o redes de pesca.

Con una población de 17.5 millones de personas, Chile es el país que más basura genera per cápita de Sudamérica, con 1.15 kg por habitante al día, superando a Argentina con 1.14 kg (con 44 millones de habitantes) y a Brasil con 1.04 kg (204 millones), según un estudio del Banco Mundial de 2018.

Cada año, Chile desecha 17 millones de residuos sólidos y recicla solamente un 10%. Consume 990 mil toneladas de plástico al año y recicla apenas un 8.5%.