zimbabueinter1AFP.- En Zimbabue, el medioambiente tampoco está a salvo de la crisis económica. Los cortes de electricidad, que paralizaron durante meses la mayor parte del país, han reactivado la producción de carbón vegetal y desfigurado sus bosques.

Duele ver bosques diezmados así", suspira Miller Chizema, de 82 años, sentado en un tronco recién truncado de mopane, un árbol indígena, en el distrito de Mhondoro Ngezi (centro).

"La gente viene (a cortar leña) de Harare, donde se nos dice que la demanda de carbón es importante", prosigue el anciano, apoyado en su bastón". Nosotros, los ancianos, tratamos de desalentar tales prácticas, pero (...) es una cuestión de dinero y de supervivencia" para la población.

Zimbabue se enfrenta desde hace unos veinte años a una crisis económica interminable que el presidente Emmerson Mnangagwa, que sucedió, a finales de 2017, al dictador Robert Mugabe, no consigue frenar.

Escasez de agua, de combustibles, de medicinas y de dinero en efectivo, la vida cotidiana se reduce, para los 15 millones de habitantes, a una lucha por la supervivencia que se declina en todos los ámbitos.

Con los cortes de luz y el alto precio del gas, los zimbabuenses recurren al carbón para cocinar y calefaccionarse.

La deforestación ya era importante, pero la crisis de la electricidad agravó la situación", explica Best Muchenje, responsable forestal del distrito de Mhondoro Ghezi. "El mopane es un objetivo privilegiado debido a su dureza y al carbón vegetal de calidad que produce", añade.