planetaNotimex.- Se habla mucho de volver a la normalidad después de que termine la crisis de la COVID-19, pero lo normal ha hecho que la economía y las sociedades sean vulnerables a las crisis, por lo que se debe aprovechar la oportunidad histórica para crear una nueva normalidad que salvaguarde el planeta.

Al menos así lo consideran Elizabeth Maruma Mrema, secretaria ejecutiva del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CBD); Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (UNCCD), y Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en un editorial abierto publicado en el periódico The Guardian.

Normal significa cortar grandes extensiones de bosque para plantar cultivos; normal significa el pastoreo excesivo del ganado, destruyendo los ecosistemas naturales a expensas de los hábitats para los animales salvajes; normal es impulsar el cambio climático, lo que aumenta el estrés en las especies silvestres y sus hábitats y hace que las personas sean más susceptibles a enfermedades zoonóticas (que se transmiten de animales a humanos)”, señalan los directivos.

Consideran que se puede construir un futuro sólido a partir de un contrato social para la naturaleza que conduzca a una nueva normalidad, que nos ponga en armonía con el medio ambiente, que minimice el brote de epidemias zoonóticas, reviva una economía rentable y garantice que los servicios del ecosistema estén disponibles para todos.

Advierten que para 2050, el cambio en el uso de los suelos afectará al 90 por ciento de los sistemas terrestres, si continuamos con los negocios como de costumbre, según el Informe de Evaluación Global sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos. “Si seguimos el mismo camino, una futura pandemia podría ser aún más mortal y costosa en términos de vidas y medios de subsistencia”.

Sin embargo, podemos crear una nueva normalidad con el tipo de cambios transformadores que nos permitirán reconstruir nuestra relación con la tierra, la biodiversidad y el sistema climático.

Algunos de esos cambios incluyen, entre otros, el Acuerdo de París sobre cambio climático; el Plan Estratégico para la Biodiversidad, la Convención de las Naciones Unidas para Combatir el Marco Estratégico 2018-2030 de la Desertificación, y la Agenda 2030, un plan compartido de paz y prosperidad para las personas y el planeta, ahora y en el futuro.

El logro de los objetivos en estos acuerdos ayudará a las comunidades a “recuperarse mejor” y a construir un futuro limpio, verde, saludable, seguro y justo para todas las personas.

La naturaleza proporciona “servicios ecosistémicos” esenciales para la vida, como comida, agua y polinización. El mismo aire que respiramos. Los servicios de los ecosistemas valen al menos 125 billones de dólares anuales, aproximadamente 1.5 veces el producto interno bruto de todos los países, según el Informe WWF y Axa “Into the Wild: integrando la naturaleza en las estrategias de inversión”.

Invertir en servicios ecosistémicos terrestres, por ejemplo, podría ahorrar hasta 50 mil millones de dólares, según el informe, mientras que el costo asociado de no hacer nada podría ser igual al siete por ciento del PIB mundial para 2050, consideran.

Señalan que “en la nueva normalidad, los riesgos y las oportunidades climáticas deben incorporarse al sistema financiero, así como a todos los aspectos de la formulación de políticas públicas y la infraestructura. Volver a construir mejor, más fuerte e más inteligente significa emprender un viaje donde creamos las condiciones para que la naturaleza nos cuide.

Reflexionan que “tenemos una primera oportunidad de hacer esto juntos cuando los jefes de Estado y de Gobierno se reúnan en septiembre en la Cumbre de la ONU sobre la biodiversidad, en Nueva York.

Será el momento de poner al mundo en el camino hacia un futuro más ambicioso y seguro; el momento de actuar en un contrato social para la naturaleza que rediseñe nuestro destino a uno más saludable y próspero para las personas y el planeta para las generaciones venideras”.