Arce era considerado desde el lunes el presidente electo del país, luego de que Mesa reconociera su derrota y sondeos a boca de urna que adjudicaran una aplastante victoria del candidato del Movimiento al Socialismo (MAS).
Previamente, el Tribunal aseguró que el cómputo general se desarrolla "con transparencia, legalidad y certeza".
El recuento se realizó en medio de protestas de grupos de derecha, que denuncian un fraude pese a que observadores han descartado vicios en el proceso electoral.
La Constitución boliviana declara ganador en primera vuelta al candidato que obtiene mayoría absoluta o el 40% de los votos con 10 puntos de ventaja sobre el segundo. De lo contrario debe haber una segunda vuelta.