northkorea euaWashington, EUA.- (RFI) La administración estadounidense impone sanciones económicas varias entidades y personalidades de Corea del Norte, en represalia al pirateo informático que sufrió la productora cinematográfica de Sony en noviembre pasado.

Los Estados Unidos cumplieron su promesa de imponer sanciones contra el régimen de Corea del Norte. El FBI sospecha que Pyongyang está detrás del ataque informático que sufrió Sony Pictures Entertainment, filial del grupo Sony basada en Hollywood, en noviembre pasado.

Las sanciones van dirigidas contra diez oficiales del régimen, contra la principal agencia de espionaje, la RGB, así como dos empresas ligadas al sector militar de la dictadura comunista norcoreana, según indicó la agencia del Tesoro estadounidense en el decreto que impone las sanciones. Este sería el "primer" paquete de sanciones de la respuesta "proporcional" que prometió el presidente Barack Obama, tras el pirateo informático a los servidores de Sony. Corea del Norte ha sufrido estos últimos días cortes en su suministro de Internet, pero Washington no ha confirmado ni desmentido ser responsable de estos cortes.

Por otro lado, algunos expertos en el campo de la informática han empezado a emitir algunas dudas sobre la presunta implicación norcoreana en el ataque contra Sony, que el propio régimen de Pyongyang negó. Dudas que los Estados Unidos rechazan de pleno, aunque responsables de la administración Obama reconocieron que no tienen pruebas de que las entidades o individuos estén directamente implicados en el cyber ataque.

El grupo de hackers que llevó a cabo el ataque, que se hace llamar "Guardians of Peace", robó cientos de miles de documentos de Sony Pictures, así como películas sin estrenar, entre ellas "The Interview", al origen de toda la polémica. Esta comedia relata las aventuras de dos periodistas reclutados por la CIA para matar al líder norcoreano, Kim Jong-un. Los piratas amenazaron con llevar a cabo atentados si se estrenaba la película, que finalmente fue presentada en cientos de salas de cine estadounidenses, cosechando una recaudación récord en su primera semana.