Las dos construcciones aparte de que se realizaban en el interior del Área Natural Protegida “El Tepozteco”, de acuerdo con el ayuntamiento, estaban sobre túneles y cuevas que albergan el murciélago magueyero, “especie clave para la polinización del maguey y en riesgo de extinción”.
La colocación de los sellos de clausura fue el jueves en un operativo que realizaron trabajadores del ayuntamiento y de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
El ayuntamiento, aseguró, que “investigadores han advertido que el peso de las construcciones y el paso de camiones sobre esta zona podrían colapsar y el paso de camiones sobre esta zona podrían colapsar los túneles, afectado el microclima de las cuevas y provocando que esta especie endémica desaparezca”, expusieron.
Consideraron, mediante un comunicado de prensa, que “existe un riesgo para la vida humana en caso de que se derrumben estructuras edificadas ilegalmente”.
Algunos de los pobladores de Santo Domingo, aunque consideraron que es un avance que el ayuntamiento que encabeza Perseo Quiroz, clausure dos construcciones; advirtieron que hay más casas y edificaciones en proceso que siguen dañando la cueva de murciélagos y el medio ambiente del área natural protegida “El Tepozteco”.
El 18 de julio, La Jornada publicó que en la Cueva del Diablo, en el Parque Nacional El Tepozteco, en Santo Domingo Ocotitlán, se encuentra en grave riesgo de ser destruida debido a que particulares construyen viviendas sobre esta área natural protegida, con la anuencia de funcionarios de los tres niveles de gobierno y autoridades comunales, según, investigadores de la UAEM y UNAM.
Se trata de una oquedad de dos kilómetros de longitud, de origen volcánico, y está a una altitud de mil 883 metros sobre el nivel del mar, en una zona de transición de bosque de pino encino y tropical caducifolio.
Pero esta cueva, que alguna vez albergó unos 9 mil murciélagos –actualmente reúne unos 3 mil–, corre peligro, por la expansión desmedida de asentamientos humanos con la acción u omisión de las autoridades de Tepoztlán, de Morelos y del gobierno federal, además de los comités de bienes comunales que otorgan constancias de posesión de terrenos.
Según los investigadores, la también llamada Cueva de Oztuyehualco --por el nombre del paraje donde se ubica– es el único refugio de machos y hembras de la citada especie para aparearse, lo que ocurre de septiembre a marzo de cada año. (La Jornada)