El Centro Nacional de Prevenciónde desastres (Cenapred) informó que, con la información disponible hasta el momento, es posible que el enjambre sísmico registrado en Michoacán tenga un origen magmático, similar a lo ocurrido en 2006, sin que necesariamente implique el nacimiento de un volcán.
Expuso que unos 50 especialistas realizan estudios en la zona y se han instalado equipos de medición, analizan muestras de agua y gases, y monitorean la deformación del terreno.
Indicó que en la región noroeste de Uruapan se han presentado hasta el martes más de dos mil 80 sismos con magnitudes entre 3.1 y 4.1, “las cuales son relativamente bajas y no han sido percibidas por la población, por lo que en sí no representan un peligro para los habitantes de la zona”.