A pesar de la situación, la más grave que ha vivido como presidente desde que asumió el cargo en el 2018, descartó un adelanto electoral y la disolución anticipada de las Cortes Generales, que es potestad únicamente suya.
Al presidente español la ha rodeado la corrupción y la mala praxis política desde que asumió el cargo, incluso antes, cuando concurrió a la secretaria general de su partido enfrentándose al aparato de su formación política. En esos orígenes, cuando se convirtió en el líder indiscutible del socialismo español, Sánchez recorrió el país acompañado de tres personas: José Luis Ábalos, ex secretario de Organización y ex ministro de Fomente, Santos Cerdán, también ex secretario de Organización y diputado, y Koldo García, ex asesor de ambos.
De todos ellos, el único que no está siendo juzgado ni investigado por la justicia es el presidente Sánchez, ya que los otros tres están involucrados en varias tramas de corrupción, tanto del cobro de comisiones ilegales, de actos de nepotismo y tráfico de influencia y de evasión fiscal a través de una red ilegal para la comercialización de hidrocarburos.
La trama la desveló una exhaustiva investigación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, la misma que desentrañó los últimos casos de corrupción política en España, entre ellas la que afectó de forma directa a la financiación del derechista Partido Popular (PP).
El informe de la UCO difundido hoy por el propio magistrado del Tribunal Supremo que investiga la causa, una vez que decretó el levantamiento de su carácter secreto, cuenta con más de 500 páginas de pruebas, conversaciones grabadas y documentos en los que hay centenares de indicios sobre la presunta actividad delictiva de los estrechos colaboradores del presidente español.
La crisis provocó por tanto su comparecencia de urgencia y en la sede del PSOE, en donde apareció con gesto serio y circunspecto, para señalar: “Pido perdón a la ciudadanía. Perdón y naturalmente en esta sede a los militantes y simpatizantes del PSOE. Quiero pedir perdón porque hasta esta misma mañana estaba convencido de la integridad de Santos Cerdán. Es verdad que en los últimos meses había rumores sobre las investigaciones en curso, pero lo cierto es que no existía ningún indicios sobre ello. Esta mañana hemos conocido la integridad del informe y los indicios son graves, muy graves, y por eso a lo largo de esta tarde le pedí a Santos Cerdán su dimisión en el cargo y su renuncia al acta como diputado. Y por eso quiero pedir disculpas. No debimos confiar en él. Desgraciadamente en este mundo no existe la corrupción cero, pero sí debemos atajarla”.
Sánchez también anunció una auditoría externa de las cuentas de su formación política ante la sospecha de una parte del dinero que recaudaban de forma ilegal sus dos ex secretarios de Organización, Ábalos y Cerdán. “Como cualquier otra persona tengo virtudes y muchos defectos, pero siempre he creído en el juego limpio y en la regeneración de este país en la lucha contra la corrupción. Me provoca una enorme indignación y una profunda tristeza que un proyecto político del que dependen millones de personas pueda ser puesto en riesgo por unos pocos. Aunque la decepción es grande la respuesta es contundente”.
En cuanto a su relación con Cerdán, Sánchez apuntó que “lo conozco desde el 2014, he trabajado con él codo con codo, ha sido mi secretario de Organización y como he dicho antes, al margen del recorrido judicial, los indicios que he leído son una enorme decepción. Pero también debo decir que este gobierno está sufriendo un asedio por parte de la oposición sobre multitud de cuestiones que nada tienen que ver con la realidad”.
Finalmente ante la pregunta si tenía previsto disolver las Cortes y dar por concluido su gobierno de coalición, que nació precisamente para luchar contra la corrupción, Sánchez afirmó: “No va haber convocatoria electoral hasta el 2027”. ( La Jornada)