Ali renunció anoche a través de una carta remitida al primer ministro británico, Keir Starmer, en la que reconoció que "continuar en mi puesto distraerá del ambicioso trabajo del Gobierno. Por lo tanto, he decidido dimitir de mi cargo ministerial".
La polémica empezó tras saberse que Ali puso fin al contrato de los inquilinos de su vivienda en el este de Londres a fin de venderla, pero poco después volvió a poner la propiedad en alquiler a un precio mucho más alto, algo que actualmente el Ejecutivo está tratando de prohibir en virtud del Proyecto de Ley de Derechos de los Inquilinos.
Starmer contestó, también a través de una misiva, que estaba seguro que Ali seguirá apoyando al Gobierno como diputada por la circunscripción londinense de Bethnal Green & Stepney.
El rotativo británico The i Paper había publicado que Ali notificó con cuatro meses de antelación a los inquilinos de una propiedad que tiene en el este de Londres que acababa el contrato, pero luego volvió a ponerla en alquiler con un alza de 700 libras (805 euros) por mes.
El presidente honorario del Partido Conservador, Kevin Hollinrake (en la oposición), había pedido su dimisión acusándola de "hipocresía asombrosa", mientras que organizaciones benéficas que ayudan a los sin techo también exigieron la renuncia. (DW)