Amplía Lituania restricciones al transporte de mercancías en Kaliningrado

La Jornada.- El conflicto entre Rusia y Lituania, que se siente respaldado por ser miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), entró este lunes en fase de máxima tensión al ampliar –desoyendo la recomendación de un peso pesado de la Unión Europea (UE) como es Alemania y socio de la alianza noratlántica– las restricciones que ya afectaban a 50 por ciento del transporte de mercancías entre el enclave de Kaliningrado y el resto de la Federación Rusa.

Al entrar el vigor, a partir de este 11 de julio, la prohibición de transportar por ferrocarril y carretera adicionalmente cemento, madera, alcohol y productos químicos para uso industrial colmó la paciencia del Kremlin, cuyo titular, Vladimir Putin, telefoneó a su homólogo bielorruso y aliado, Aleksandr Lukashenko, para “adoptar medidas conjuntas” ante las “restricciones ilegales” impuestas por Lituania, separada Bielorrusia de Kaliningrado por tan sólo por 65 kilómetros en el llamado corredor de Suwalki que hace 90 kilómetros de frontera entre Polonia y Lituania.

Vilna argumenta que está cumpliendo las sanciones de la UE contra Rusia, pero Berlín –por ahora dependiente del gas natural ruso e interesada en rebajar la tensión mientras encuentra otros proveedores–, intervino en la controversia para evitar un enfrentamiento mayor al sugerirle que las restricciones europeas no deberían de aplicarse al comercio dentro de un mismo país, como –le guste o no– son la Federación Rusa y Kaliningrado, como se llama desde 1945 la antigua capital de Prusia Oriental, el antiguo Königsberg.

El gobierno lituano, que comenzó a limitar parcialmente el transporte de mercancías hacia y desde Kaliningrado el 18 de junio anterior, hizo caso omiso de la recomendación alemana. Berlín dejó de presionar cuando, por simple coincidencia o no, Moscú cerró el grifo del gasoducto Flujo del Norte-1, cuyos principales destinatarios son clientes de Alemania, por “trabajos de reparación planeados con anticipación” y que deben terminar el próximo 21 de junio.

Putin, en su conversación con Lukashenko y teniendo en mente al canciller alemán, Olaf Scholz, y otros dirigentes europeos, aclaró que “Rusia está dispuesta a cumplir sus compromisos y a garantizar, a petición de los países de Europa Occidental, los suministros de gas y otros productos energéticos", por lo cual cabe esperar que las “medidas conjuntas” que debatieron los presidentes ruso y bielorruso serán una respuesta “adecuada” que sólo afectará a Lituania, como dio a entender la portavoz de la cancillería, Maria Zajarova, en varios programas de la televisión local.

La posición inflexible de Lituania contrasta con la forma en que Noruega, también miembro de la OTAN, resolvió su diferendo con Rusia por un bloqueo similar al prohibir que buques mercantes rusos transportaran cargas para los mineros rusos en el archipiélago ártico de Svalbard: Moscú aceptó que los contenedores, retenidos en los límites de las aguas territoriales de Oslo, pasaran a un carguero noruego que los llevó al puerto de Tromso para revisión aduanera y, de ahí, siguieron su navegación hacia el poblado que administra una compañía rusa, conforme a un tratado atípico de 1920 que reconoce la soberanía noruega y autoriza a los 46 países firmantes, Rusia entre ellos, a explotar sus recursos naturales.