Los conocimientos, como la palabra y el fuego, crecen cuando se comparten: Antonio Rodríguez, Frino.
Durante tres días, niñas, niños y adolescentes provenientes de 25 estados del país se reunieron en la ciudad de Puebla, para compartir los conocimientos y prácticas locales que poseen sobre el entorno ambiental, cultural y social de sus entidades.

niñosSe trató del Primer Encuentro Nacional de Saberes Locales, el cual se llevó a cabo con el objetivo de fortalecer, entre estas comunidades, sus saberes e impulsar el autoreconocimiento como portadores y promotores de sus habilidades y talentos.

Cabe recordar que los saberes locales son aquellos conocimientos que se encuentran arraigados a una localidad rural o urbana, de una comunidad, que trascienden al ámbito escolar, que son compartidos de manera colectiva y se transmiten de generación en generación.

En el segundo día de actividades del Encuentro, se realizó el diálogo Saberes de mi comunidad, en el que niñas, niños y adolescentes compartieron sus conocimientos sobre el cuidado de la siembra, el uso de la medicina tradicional y de las plantas medicinales, sobre la oralidad, los juegos ancestrales, entre otros.

Aquellos provenientes de Nayarit conversaron sobre la forma en que se involucran en los procesos de la siembra y cosecha de alimentos como la calabaza y el maíz en su comunidad; compartieron con sus compañeros cómo, a través de la enseñanza transmitida por sus abuelos y padres, hoy reconocen la importancia de lo que realizan ya que, dicen, “aprendemos a respetar la tierra que nos da de comer y a cuidar el medio ambiente”.

Para hablar sobre sus habilidades y conocimientos sobre medicina tradicional, los niños y niñas de Santa Cruz, Oaxaca, llevaron al auditorio del Museo Infantil de la Constancia Mexicana, Puebla, los elementos que se requieren para la cura de mordeduras de serpientes venenosas.

A modo de ejemplo, simularon la atención a un herido mientras explicaban a su atenta audiencia el paso a paso sobre la colocación de piedras calientes, remedios con hierbas calmantes como la pitiona y el rociado del aguardiente, así como los alimentos que el herido deberá ingerir durante su rehabilitación. Para los remedios herbolarios, comentaron sobre las utilidades del epazote, la ruda y la hoja de durazno del monte, entre otras.

Sobre la réplica de historias, mitos y leyendas de boca en boca, una niña narradora en lengua hñahñu proveniente de la comunidad de San Pablito Pahuatlán, Puebla, contó a los presentes, en español y otomí, la narración sobre un águila de dos cabezas que a veces, con un poco de suerte, se puede ver volando en el cielo. Así como este y otros cuentos, ella misma los comparte a sus hermanos y familiares, haciendo de la oralidad una vía de preservación del imaginario sociocultural en su comunidad.

Como parte del reconocimiento de los saberes que enriquecen el patrimonio gastronómico de nuestro país, se realizó una degustación de platillos tradicionales, en cuya preparación niñas y niños se involucran desde temprana edad, como el Caldo de Piedra, el huasmole y el amarillo de pollo, acompañado con tortillas de yuca; platillos originarios de la San Felipe Usila, en la región de la Chinantla, Oaxaca. Tamales de hoja de Xonacatlán, del Estado de México; la machaca típica en Baja California Sur y las tortillas ceremoniales oriundas del estado de Guanajuato.

Por la tarde, se impartieron talleres en los que los propios niños, niñas y adolescentes fueron guía y acompañaron a sus pares en los procesos de elaboración de tambores (Tabasco), alfarería (Tlaxcala), pintura en amate (Puebla), elaboración de juguetes (Chiapas), bordado en punto de cruz (Yucatán), elaboración de penachos (Colima), pintura de máscaras Pame (San Luis Potosí), objetos artesanales de pino (Durango) y artesanías de chaquira.

Para el cierre de actividades del Encuentro, niñas, niños y adolescentes dialogaron en torno a lo que significa para ellos participar, para qué sirve decir lo que piensan, cómo participar en su comunidad o sus ideas sobre cómo hacerse escuchar por los adultos en su comunidad.

A modo de despedida, luego de una visita guiada al Museo Infantil y al Museo de las Marionetas del estado, participaron en un taller de zapateado y formaron parte de un Fandango de Despedida con participación de las niñas y niños soneros de Tlacotalpan, Veracruz; La Vaquería, con niñas y niños de Campeche; el repertorio de Staku y sus huastecos y, desde la región de Xochiapan, Veracruz, Los Parientes de Playa Vicente.

Esta actividad de cierre contó con la presencia de la subsecretaria de Diversidad Cultural y Fomento a la Lectura, Natalia Toledo, quien agradeció a niñas y niños su asistencia: “Es un gusto ver a la niñez de México reunida para compartir sus saberes locales y ver que niñas y niños enseñen a otros niños otras costumbres y tradiciones; verlos disfrutando y orgullosos de sus sabidurías”.

Con el Primer Encuentro Nacional de Saberes Locales, realizado por la Secretaría de Cultura, a través del programa nacional Alas y Raíces, en coordinación con la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla, continúa promoviendo el fortalecimiento de la identidad cultural en niñas, niños y adolescentes a través de la valoración de los saberes locales, así como el ejercicio de sus derechos culturales para crear y recrear las manifestaciones materiales e inmateriales del arte y la cultura en el país.

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