La compañía ofrece funciones en Hermosillo, Sonora, desde el año 2000.

Con los propósitos de inculcar valores en los niños y recuperar una tradición que se ha ido perdiendo, Jaime Quijada Florentino decidió incursionar hace 20 años en el mundo infantil a través de la agrupación Jaime Florentino Cía. Títeres.

marionetas Jaime Florentino1Maestro normalista de profesión y doctor en Liderazgo Educativo por la Nova Southeastern University (Estados Unidos), refiere en entrevista que su amor por el teatro de títeres y este proyecto surgieron tras acudir, en 1998, a un diplomado en la Universidad Autónoma de Morelos.

Ahí aprendió a fabricar títeres y marionetas, pero también recibió clases de teatro, música y artes plásticas, todo a lo largo de tres veranos.

“Ese año presentaron la obra Amor que vuela y rasguña. Quedé impactado con el manejo que los marionetistas hacían de los títeres. Me encantó tanto que dije: ‘Quiero montar mi propia obra’ ”, recuerda.

Jaime se ha dedicado a dar funciones en su natal Hermosillo, donde ha visitado escuelas, plazas y parques. Ha participado en festivales como el de Magdalena de Kino, Sonora. También se ha presentado en ciudades como Querétaro, Monterrey y Arizona (EE. UU.).

Con sus puestas escénicas se ha propuesto difundir, de una manera divertida y amena, la importancia de los valores entre el público infantil.

“Siempre he procurado que los montajes sean un aprendizaje para los niños sobre valores como la amistad, la aceptación y la tolerancia. También busco sensibilizar a través de la música, incluyendo jazz, bel canto, clásica, salsa, un poquito de todo”, concluye.

Al hacer un recorrido por dos décadas de trabajo, recuerda que en su primera producción, Los ojos perdidos del dragón, contó con la ayuda de Ana Polanco, quien elaboró los títeres, aunque en ese momento aún no sabía que quería dedicarse a esa expresión teatral.

En 1998, junto con Patricia Vargas —quien en aquel tiempo era su esposa—, mandó a hacer sus primeros títeres tallados de hule espuma. Dos años después, en el 2000, montó El árbol chaparro.

“Entonces pusimos un nombre a la compañía: Animalejos Teatro Infantil. Decidimos dedicarnos al teatro de títeres en el 2000, hace 20 años se fundó la compañía”, detalla.

Con ello vinieron otras obras como La historia del conejo y Los dioses me lo contaron, entre otras; todas utilizaron títeres tallados en hule espuma, a los cuales el propio Jaime Florentino daba forma y dirigía.

A partir de 2004, Animalejos Teatro Infantil dejó de funcionar y se convirtió en Jaime Florentino Cía. Títeres, en la cual solo él y sus marionetas, con apoyo de un técnico, ofrecen funciones en escuelas, plazas, parques y festivales, doquiera que son invitados.

Para conocer más sobre su trabajo, puedes consultar su página de Facebook: Jaime Florentino Cía Títeres. (Boletín)