greAP.- El gobierno griego hizo nuevas concesiones en negociaciones con sus acreedores, aunque algunos funcionarios europeos las consideraron insuficientes y dijeron además que ningún acuerdo era posible antes del referendo griego convocado para el domingo.

El primer ministro Alexis Tsipras envió una carta el martes por la noche, horas antes de que caducara el programa de rescate, en la cual dijo que su gobierno estaba dispuesto a aceptar las propuestas de los acreedores del último fin de semana, aunque con algunas enmiendas.

Los acreedores no aceptaron la oferta griega y dejaron que caducara el rescate. Pero los ministros de Hacienda de la eurozona volverán a reunirse el miércoles.

Las esperanzas de que Tsipras estuviera flexibilizando su posición -después de negarse durante cinco meses a los recortes del gasto estatal que exigían los acreedores a cambio de préstamos- dio impulso a los mercados financieros el miércoles.

Pero el ministro de Hacienda alemán, Wolfgang Schaeuble, dijo claramente que no había un acuerdo inminente, al menos antes del referendo del domingo sobre las propuestas de los acreedores.

Antes de un referendo, en verdad no hay bases" para un acuerdo, dijo Schaeuble.

INCERTIDUMBRE
En Atenas, multitudes de personas mayores atestaron los bancos desde horas antes del amanecer para que se les permitiera retirar el máximo de 120 euros (134 dólares) para la semana. El gobierno reabrió algunos bancos para ayudar a los pensionistas que no tienen tarjetas bancarias.

Desde que caducó el rescate, Grecia se encuentra en el limbo financiero, sin acceso a fondos que necesita con desesperación y cada vez más cerca de la salida del euro. El gobierno ha impuesto límites a los retiros de efectivo para impedir el colapso de los bancos.

La situación se agravó el martes cuando entró en mora con el Fondo Monetario Internacional, el primer país del mundo desarrollado en esa situación. El último país que estuvo en mora con el FMI fue Zimbabwe, en 2001. Mientras siga en mora, no puede obtener más fondos del FMI, que es uno de sus principales acreedores.

La crisis griega se agravó cuando el primer ministro Alexis Tsipras anunció el fin de semana pasado que sometería una propuesta de acuerdo presentada por los acreedores a un referendo a realizarse el domingo 5 de julio y exhortó a votar por el "No".

Esto avivó los temores de que el país pudiese salir del euro pronto y los griegos corrieron a retirar dinero de los cajeros automáticos, provocando que el ejecutivo decidiese decretar el cierre de los bancos el lunes e imponer restricciones a transacciones bancarias durante al menos una semana.

Los ciudadanos no pueden retirar más de 60 euros diarios (67 dólares) de los cajeros y no pueden enviar dinero al extranjero ni realizar pagos internacionales sin un permiso especial.