obamaAdis Abeba.- (EFE) El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, abandonó hoy Etiopía y puso fin a un viaje de cuatro días en el que también ha visitado Kenia, la tierra natal de su padre, para tratar asuntos comerciales, de seguridad y de derechos humanos.

El Air Force One, el avión presidencial, despegó sobre las 16.00 hora local (13.00 GMT) del aeropuerto internacional Bole de Addis Abeba, donde fue despedido por una comitiva encabezada por el primer ministro etíope, Hailemariam Desalegn.

Antes de dejar el país, Obama pronunció el primer discurso de un presidente estadounidense ante la Unión Africana, en el que ensalzó el respeto a los derechos humanos como factor inherente al progreso.

En una rueda de prensa celebrada ayer junto a Desalegn, Obama pidió al Gobierno etíope que dé "más espacio a periodistas y voces de la oposición" para reforzar los avances logrados en los últimos años y agradeció el sacrificio realizado por Kenia, Uganda y Etiopía en la lucha contra el grupo yihadista Al Shabab en Somalia.

La crisis de Sudán del Sur ha sido otro de los asuntos que han centrado la visita de Obama, y el mandatario estadounidense advirtió al Gobierno y a los rebeldes sursudaneses que, si no llegan a un acuerdo antes del 17 de agosto, adoptará todas las medidas que sean necesarias "para ejercer presión" y que firmen la paz.

Durante su estancia en Kenia, Obama puso gran énfasis en la necesidad de que los africanos cojan las riendas de su propio futuro y dejen de buscar "la salvación" en el exterior y de culpar a otros de los problemas del continente.

El presidente estadounidense, que el fin de semana inauguró la Cumbre Global de Emprendedores de Nairobi, también mostró su preocupación por la discriminación que sufren las mujeres, que son consideradas "ciudadanas de segunda", y los homosexuales, que son "maltratados" por sus propios Gobiernos solo "porque son distintos".

La última vez que Obama hizo una gira por el continente africano fue en 2013, cuando se desplazó a Senegal, Sudáfrica y Tanzania durante seis días para reforzar el compromiso de EEUU con el crecimiento económico del continente.