18244321 xlHispan TV.- Miles de brasileños han salido este domingo a las calles para manifestar su descontento por los escándalos de corrupción que tienen sumido al país en una crisis política y económica.

Unas cien mil personas se concentraron hoy frente al Congreso Nacional en la capital del país, Brasilia (centro-oeste), para exigir la renuncia de la presidenta Dilma Rousseff y respaldar el juicio político que la oposición promueve contra la mandataria acusada de haber incurrido en un “delito de responsabilidad” al supuestamente avalar unas maniobras contables con las que el Gobierno maquilló sus resultados fiscales de 2014 y los balances parciales de 2015.

Con pancartas en las que se puede leer “Juicio político ahora”, los manifestantes tiñeron las calles con el color amarillo y verde de la camiseta de la selección de fútbol de Brasil y recorrieron la Explanada de los Ministerios, una céntrica avenida en la que se encuentran todos los edificios del poder público, y concluyó frente al Congreso, en donde miles de personas se alinearon para formar la frase “Fuera Dilma”.

La protesta que transcurrieron sin incidentes, en más de 400 ciudades de Brasil, ha sido vigilada por unos dos mil agentes de la Policía, de igual manera, en otras ciudades como Río de Janeiro, (próxima sede de los Juegos Olímpicos), miles han salido a las calles para protestar y expresar su descontento contra Rousseff. La jornada nacional de protestas fue convocada por grupos de la sociedad civil, pero con el apoyo explícito de todos los partidos opositores que promueven en el Parlamento un juicio político que podría terminar anticipadamente con el mandato de la presidenta.

Una imagen destacada, fue un gigantesco muñeco inflable que asemeja a la figura del expresidente, Luiz Inácio Lula da Silva, vestido de presidiario y encadenado a una bola con la leyenda “Operación Lavado de Autos”, nombre de la investigación centrada en la compañía estatal Petrobras, se erigía entre los manifestantes reunidos frente al Parlamento.

Las manifestaciones se suman a una ola de movilizaciones contra el Gobierno que perdieron impulso a fines del año pasado, pero que podrían recuperar fuerza a medida que una masiva investigación por corrupción cierra el círculo íntimo de Rousseff. La magnitud de las protestas de hoy podría convencer al Congreso que apoye el proceso de juicio político iniciado contra la mandataria culpada, por muchos en Brasil, del hundimiento de la mayor economía de América Latina en su peor recesión en al menos 25 años.

Desde que salió a la luz pública el caso de corrupción en Petrobras, en marzo de 2014, la oposición brasileña pretende involucrar a la presidenta Dilma Rousseff y a los miembros del PT en este caso para solicitar su destitución. Sin embargo, Rousseff niega las acusaciones de su implicación en el caso, y denuncia el uso abusivo de las filtraciones como arma política, ya que según la mandataria, se trata de informaciones “apócrifas, selectivas e ilegales”, y se debería investigar rigurosamente el origen de las infiltraciones, “ya que hieren la ley, justicia y verdad”.