La quinta tormenta tropical de esta temporada se estima que alcance el archipiélago de Islas de la Bahia, al norte hondureño, el medio día de este miércoles, por lo que se decretó la alerta amarilla.

La medida, ordenada por la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), rige para los departamentos hondureños de Gracias a Dios, Colón, Atlántida, Cortés, Yoro, Islas de la Bahía y Olancho, mientras en otros 11 se aplica la verde.

De mantener su actual trayectoria, Earl transitará en paralelo al norte hondureño y afectará su costa caribeña, explicó Alex Estévez, subcomisionado regional de Copeco en San Pedro Sula, al diario La Prensa.

Con esa trayectoria se encontrará de frente con Belice, que desde la noche de este martes aplica un aviso de tormenta tropical vigente para todo el país, advirtió la Organización de manejo de emergencias nacionales (NEMO, por sus siglas en inglés).

Se prevé que el ojo de Earl llegue a Belice la noche de este miércoles o en las primeras horas del jueves, y en el peor de los escenarios con intensidad cercana a la de un huracán.

Se advirtió que por la fuerza de sus lluvias se adelantan inundaciones y deslaves. Una de las áreas en alerta por esas posibilidades es la ciudad de Belice, indicó el sitio informativo Ambergris Today.

En Guatemala se calcula que los efectos de la tormenta tropical se comience n a sentir la noche de este miércoles o en las primeras horas de mañana jueves, por lo que se instauró la alerta amarilla institucional.

Geovany Martínez Felipe, delegado regional de la Coordinadora Nacional para la reducción de desastres (Conred) indicó que se vigila en particular la zona central del Petén y Las Cruces y San Ana, pues en ocasiones anteriores han resultado con inundaciones por este tipo de fenómenos.

El ejército guatemalteco indicó que 300 de sus efectivos se encuentran en alerta para cualquier contingencia, mientras en El Petén ya se encuentra lista una red de albergues, precisaron autoridades al diario Prensa Libre.

Hacia las 7:00 GMT de este miércoles, Earl se encontraba en el Caribe cerca del extremo noreste de la frontera de Honduras con Nicaragua, a 115 kilómetros al noreste del hondureño Puerto Lempiras y 565 kilómetros al este de la ciudad de Belice.

Sus vientos sostenidos alcanzaban 95 kilómetros por hora y se movía a 23 kilómetros por hora, de acuerdo al estadunidense Centro Nacional de Huracanes con sede en Miami.