En un documento de una página con sus propuestas, divulgado por la Casa Blanca, Trump afirmó que también quiere reducir el número de tramos impositivos a tres desde siete, duplicar la deducción estándar que los estadunidenses pueden solicitar en sus declaraciones de impuestos y eliminar el gravámen sobre el patrimonio y el denominado tributo mínimo alternativo.
Se trata de uno de los mayores recortes de impuestos de la historia", remarcó el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, en rueda de prensa en la Casa Blanca.
Mnuchin destacó que con estas medidas se puede alcanzar una tasa de crecimiento económico anual del 3 por ciento o superior.
Los tramos para los trabajadores pasarían de siete a tres (10 por ciento, 25 por ciento y 35 por ciento), se eliminaría el impuesto de sucesiones y se ofrecerían deducciones para el cuidado de niños, entre otros elementos.
Asimismo, se aplicaría un impuesto para la repatriación de beneficios de las grandes empresas en el extranjero, a una "tasa muy competitiva", pero que Mnuchin eludió concretar.
Bajo la ley estadunidense, sólo el Congreso puede realizar cambios tributarios importantes.
El secretario del Tesoro insistió en que el plan no implicaría más deuda federal, al no incluir recortes para equilibrar esta reducción en la recaudación vía ingresos, puesto que "se pagaría por sí solo gracias" al impulso económico generado.
La propuesta fiscal de Trump, que había anunciado como uno de los elementos estrella su primer año de mandato, debe ser, no obstante, aprobada por el Congreso.
Los legisladores inicialmente acogieron el plan de Trump como un punto de inicio para mayores discusiones en la revisión del código tributario.