trump iranNueva York.- (La Jornada) En un triunfo más de su política para anular el legado de su antecesor, el presidente estadunidense, Donald Trump, anunció el retiro de Washington del acuerdo nuclear con Irán, y con ello elevó el riesgo de nuevas confrontaciones regionales de consecuencias mundiales.

Era un acuerdo horrible, de un solo lado, que nunca debió haberse firmado. No llevó a la calma, no llevó a la paz y nunca lo hará, declaró Trump en la Casa Blanca, donde calificó de podrido y vergonzoso el acuerdo, contradiciendo la opinión de los aliados europeos, la Organización de las Naciones Unidas y una amplia gama de expertos, oficiales de inteligencia de su propio país y hasta la de varios de sus propios asesores.

El gobierno de Trump procede ahora a reimponer todas las sanciones –incluidas las económicas– contra Irán, que había suspendido en 2015, a cambio del acuerdo.

Con esta decisión, Trump cumplió una de sus promesas de campaña y anuló lo que algunos consideran el mayor logro en política exterior de Barack Obama. Más aún, fue un paso más para deshacer el legado de su antecesor en el rubro internacional, en el cual también canceló la participación de Estados Unidos en los acuerdos de París sobre cambio climático, ha buscado revertir gran parte de la apertura hacia Cuba, se retiró del proceso del Acuerdo Transpacífico y ha suspendido la participación del país en varias iniciativas multilaterales.

Algunos observadores señalaron que la decisión del presidente, la cual fue frenada varias veces por sus propios asesores, parece ser producto de dos halcones que se han sumado a su gobierno: el nuevo secretario de Estado, Mike Pompeo, y su nuevo asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, quienes en el pasado no sólo rechazaron el acuerdo, sino que han abogado por un cambio de régimen en Irán, incluso mediante una guerra.

De hecho, el pasado fin de semana, el recién nombrado abogado de Trump y figura destacada del Partido Republicano, Rudolph Giuliani, comentó en un foro organizado por opositores al gobierno de Irán: “tenemos un presidente que es duro (...) un presidente que está tan comprometido con el cambio de régimen como nosotros”, reportó el Washington Post.

El ex presidente Obama consideró que Trump tomó una decisión equivocada, ya que el acuerdo estaba funcionando, mientras el ex secretario de Estado John Kerry declaró que la decisión debilita la seguridad internacional, viola la palabra de Estados Unidos, y en lugar de construir sobre medidas sin precedente de verificación de no proliferación, esta decisión arriesga tirarlas y arrastrar al mundo de regreso al precipicio que enfrentábamos hace unos años.

Ben Rhodes, asesor de seguridad nacional de Obama, quien ayudó a negociar el acuerdo (también el de Cuba), comentó hoy en un tuit que tomó cinco años de diplomacia construir el régimen de sanciones y dos años de diplomacia para lograr el acuerdo. Trump está reventando eso sin ningún entendimiento de lo que incluye realmente el pacto, sin un plan de lo que sigue y sin apoyo de nuestros aliados europeos más cercanos.

Francia, Gran Bretaña y Alemania lamentaron la decisión. Indicaron que continuarán siendo parte del acuerdo y apremiaron a Irán a continuar cumpliendo con sus obligaciones pactadas, a pesar de la retirada de Estados Unidos. Se espera que el anuncio tenga implicaciones en las relaciones con Rusia y China, también firmantes del acuerdo.

El anuncio generó de inmediato mayor tensión en la región. Irán declaró que Estados Unidos mostró que no cumple con sus compromisos, mientras Israel elogió la decisión y la calificó de movida histórica y una muestra de liderazgo valiente deTrump, al tiempo que de inmediato puso a sus fuerzas militares en estado de alerta por movimientos irregulares de los iraníes en Siria. Por su lado, Arabia Saudita, enemiga de Irán, aplaudió la decisión.

Editorial del New York Times cuestiona la medida

La decisión de Trump, proclamó el New York Times en un editorial, permitirá a Irán reanudar un programa nuclear robusto, agriará las relaciones con aliados europeos cercanos, minará la credibilidad de Estados Unidos, sentará las condiciones para una posible guerra más extensa en Medio Oriente y hará más difícil lograr un acuerdo sano con Corea del Norte sobre su programa de armas nucleares.

Mientras tanto, poco antes del anuncio de Trump la tarde de ayer, se reveló que hace un año opositores del acuerdo con Irán habían contratado a una empresa de investigaciones llamada Black Rock, fundada por ex agentes de inteligencia militar israelí, para buscar información personal negativa sobre Rhodes, el asesor de Obama y sus colegas que ayudaron a negociar el acuerdo de Irán, en lo que parece ser una campaña de operaciones sucias para descalificar el acuerdo como producto de intereses corruptos, reportó The Guardian/The Observer el sábado pasado.

No se sabe quién contrató a la empresa, más allá de que fue gente relacionada con Trump, pero es la misma que fue contratada para buscar información negativa contra las mujeres que estaban acusando al productor de cine Harvey Weinstein el año pasado.

Trump también anunció este martes que Pompeo, el secretario de Estado, viajó a Corea del Norte para preparar la cumbre con Kim Jong-un, tras afirmar que espera lograr un acuerdo que ofrezca prosperidad y seguridad para todos.