0712 indocumentados ItaliaRoma, 12 Jul (Notimex).- En Italia se registra un decremento en los desembarcos de inmigrantes de hasta el 80 por ciento en lo que va del año, en comparación con el mismo periodo de 2017, según cifras oficiales, pese a la propaganda que pinta a este país como "invadido" de indocumentados.

"Que alguien avise a Matteo Salvini (ministro del Interior) que su Ministerio difunde 'fake news' (noticias falsas) sobre los inmigrantes que desmienten al propio jefe de la Liga Norte (el mismo Salvini)”, ironizó el alcalde de Palermo, Leoluca Orlando.

Citó los datos oficiales del Ministerio del Interior, según los cuales de enero de 2018 hasta inicios de julio han desembarcado en costas italianas unos 16 mil inmigrantes, un 80 por ciento menos respecto a los llegados en el mismo periodo de 2017, y 78 por ciento por debajo de los arribados hace dos años.

“De frente a estos números que son obviamente más que confiables, es cada vez más evidente que la política de Salvini no tiene ningún fundamento, sino que es el fruto del uso continuo de fake news”, añadió el alcalde palermitano en relación a la campaña mediática del ministro del Interior sobre la presunta “invasión de migrantes”.

Datos oficiales revelaron que en los primeros seis meses de 2018 los indocumentados que llegaron a costas italianas desde Libia sumaron nueve mil 832 personas, una disminución del 83.4 por ciento respecto a las 59 mil 277 del mismo periodo de 2017.

El diario financiero Il Sole 24 Ore resaltó que a ese ritmo es inverosimil que en todo 2018 las llegadas de migrantes se acerquen a las de 2017, cuando sumaron 119 mil 369 personas, o 2016, año en el que arribaron 181 mil 436.

El descenso ocurrió bajo el gobierno encabezado por Paolo Gentiloni y, en especial, cuando al frente del Interior estaba Marco Minniti, quien suscribió acuerdos poco claros con las milicias armadas libias, las que se comprometieron a impedir la salida de barcazas con indocumentados hacia costas italianas.

Organizaciones no gubernamentales (ONG) han denunciado en repetidas ocasiones las graves violaciones a los derechos humanos a las que son sometidos los inmigrantes retenidos en los que son verdaderos campos de concentración en Libia.

En un reciente reporte, Amnistía Internacional (AI) acusó a los países de la Unión Europea (UE) y, en particular a Italia, de complicidad en tales violaciones contra los migrantes recuperados en el mar por la Guardia Costera libia y transferidos en centros de detención oficiales del país africano.

AI aseveró que miles de personas, incluidas aquellas que cumplen con los requisitos para recibir protección internacional, son recluidas por tiempo indefinido, sin posibilidad de impugnar la detención y en condiciones muy por abajo de los estándares humanitarios mínimos, como también ha denunciado la oficina del comisario de Naciones Unidas para derechos humanos.

En Italia, sin embargo, prevalece un clima de hostilidad contra los inmigrantes y de acuerdo con un sondeo realizado por la empresa Demos, a finales de 2017 uno de cada dos ciudadanos del país europeo consideraba a los inmigrantes un peligro y reconocía sentirse atemorizado.

De cara a las elecciones del pasado 4 de marzo, el líder de la Liga Norte basó su campaña en la promesa de una “línea dura” sobre la inmigración, con consignas como: “Primero los italianos”, que se impusieron en el discurso público y que dieron a Salvini un amplio consenso.

Ya como ministro del Interior, el líder de la Liga Norte ha redoblado sus eslogans, ha prohibido a naves que rescatan a inmigrantes en el mar Mediterráneo (como la Aquarius) atracar en puertos italianos y ha prometido la repatriación de 600 mil indocumentados.

“Para los inmigrantes indocumentados ha terminado la jauja, prepárense con las maletas de manera educada y serena”, dijo poco después de asumir el cargo de ministro del Interior.

Sin embargo, expertos han subrayado la dificultad de que pueda cumplir con sus promesas, porque no existen acuerdos de repatriación con los países de origen de los migrantes y debido a que las repatriaciones forzosas llegan a costar, según el Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados, hasta ocho mil euros por persona.

Un reciente informe del Instituto para Estudios de Política Internacional (ISPI) reveló que entre 2013 y 2017 Italia repatrió solo el 20 por ciento de las personas que habían recibido la notificación para que dejaran el país.

El semanario L’Espresso calculó que para cumplir con 500 mil repatriaciones se necesitarían 27 años de vuelos, sin ni siquiera una hora de pausa y más de mil 500 millones de euros de gastos, además del pago de los agentes de escolta.

Según la agencia europea de estadísticas, Eurostat, en Italia hay más de cuatro millones de extranjeros extraeuropeos (a los que se suman unos 600 mil ilegales), equivalentes a poco más del 7.0 por ciento de la población total, frente al 8.5 por ciento de Alemania, o al 11.6 por ciento de Suecia.

La propaganada contra los inmigrantes, sin embargo, ha llevado al escritor Andrea Camilleri, de 92 años de edad, a denunciar un clima social en Italia similar al que había en 1937 con el dictador fascista Benito Mussolini.

“No quiero hacer comparaciones, pero en torno a las posiciones extremistas de Salvini veo el mismo consenso que cuando tenía 12 años, en 1937, notaba con Mussolini”, declaró el autor de “El comisario Montalban” en una entrevista con el diario La Repubblica.