1116 Angela MerkelBerlín, 16 Nov (Notimex).- La canciller federal de Alemania, Angela Merkel, visitó hoy la ciudad de Chemnitz, donde sostuvo una reunión tensa y difícil con ciudadanos de esa región, la cual fue escenario de fuertes acciones xenófobas en agosto pasado.

Chemnitz es una ciudad en el estado germanoriental de Sajonia en la que se registraron disturbios protagonizados por ciudanos y extremistas de derecha en contra de los extranjeros en la localidad. Las protestas llegaron a su clímax el 26 y 27 de agosto pasado.

Para salvaguardar la seguridad de Merkel este viernes se llevó a cabo un operativo policíaco en el que participaron mil agentes.

El evento más álgido fue una conversación con ciudadanos de Chemnitz, que cuestionaron a la canciller, le hicieron comentarios, críticas y preguntas.

Chemnitz tiene unos 250 mil habitantes, es la tercera ciudad más grande del estado de Sajonia y fue llamada "Ciudad Karl Marx" durante los años 1953 a 1990.

Los 120 participantes en el encuentro con Merkel no sólo cuestionaron a la canciller federal, sino también manifestaron su enojo contra la gobernante.

Varios medios alemanes de información transmitieron en vivo el difícil intercambio de opiniones de dos horas, de manera que tanto las críticas como los reproches y el enojo, fueron transparentes.

La canciller federal tuvo que encarar reproches porque apenas ahora fue a Chemnitz, luego que los disturbios xenófobos se registron hace 82 días.

Chemnitz es una de las ciudades de Sajonia donde más se registran incidentes y ataques contra extranjeros y solicitantes de asilo político. En ese estado, la extrema derecha y la derecha populista tienen gran arrastre en el electorado.

Las protestas de hace más dos meses se desencadenaron cuando se difundió, sin que hubiera pruebas sólidas, que unos solicitantes de asilo político habían matado en la calle a un ciudadano alemán.

La respuesta fue: concentraciones de ciudadanos enardecidos, e incluso hay imágenes sobre persecuciones en contra extranjeros en la vía pública.

Merkel argumentó que no fue antes a Chemnitz porque sabía que "mi rostro (en esta ciudad) polariza. Lo sé y no quise acudir cuando la atmósfera reinante en esta ciudad era muy encendida“.

"Lo que me oprime es que el sentimiento de seguridad se ha perdido en la ciudad“, declaró.

Es una inseguridad que muchos habitantes de la ciudad consideran que la causan los refugiados, a pesar de que las cifras y los hechos no respaldan esa percepción. Es una ciudad que está muy polarizada y en la que las redes sociales y los rumores tienen gran influencia sobre el ambiente.

Cuando fue cuestionda sobre su posición ante las protestas en su contra que tendrán lugar más tarde en esa ciudad, Merkel dijo que siempre está dispuesta a dialogar, pero que en esas manifestaciones no se pretende hablar, sino acallar.

Una de las manifestaciones de este viernes está organizada por el movimiento de extrema derecha Pro Chemnitz, que estuvo entre los principales que protagonizaron los disturbios violentos en agosto pasado.

La alcaldesa de Chemnitz, la política socialdemócrata Barbara Ludwig, reclamó a Merkel su silencio de tres años en referencia a la crisis de los refugiados en septiembre de 2015, cuando la canciller federal abrió las fronteras del país a cerca de un millón de refugiados.

Merkel aseguró esa fue una decisión humanitaria de la que no se arrepiente.

Reconoció que tanto ella como las autoridades han cometido errores al tratar de manejar esa situación de emergencia, pero que se realizan cambios a nivel legislativo, jurídico y migratorio.