La operación se realizó de manera conjunta con el FBI y la policía de Taiwán.
Los buches fueron analizados por laboratorios para confirmar que se trataba de totoaba, especie en peligro de extinción, protegida por la legislación mexicana y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
El aseguramiento millonario confirma que la captura ilegal de ese pez continúa en el Alto Golfo de California.