De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, aunque el cannabidiol está presente en la cannabis y en la resina de la planta, no tiene propiedades psicoactivas ni potencial de generar adicción y dependencia.
Tampoco causa efectos dañinos significativos y se ha comprobado su utilidad en el tratamiento de diversas enfermedades, como parkinson, esclerosis, epilepsia, el dolor crónico y el cáncer.
Con base en esa recomendación de la OMS, la comisión de estupefacientes de la ONU, reunida en Viena, aprobó con 27 de 53 votos desclasificar a la cannabis del catálogo de sustancias peligrosas.
Es preciso aclarar que la desclasificación se refiere al cannabidiol, no a la mariguana.