Tlaxcala, Tlaxcala.-Este Año de la Misericordia es para contemplar y disfrutar del amor misericordioso de Dios, que nos ama a cada uno de nosotros más allá de nuestras limitaciones y pecados, y para reflejarlo a la sociedad y al mundo en que vivimos.

El Niño Jesús que ha renacido esta Navidad en nosotros, nos muestra el rostro misericordioso de Dios Padre, que perdona siempre al pecador arrepentido. Su misericordia es infinitamente más grande que nuestro pecado, de modo que nunca haremos nada tan grave, que Dios no nos pueda perdonar, si nos arrepentimos de corazón.

Invito a todos a ganar este Año de la Misericordia la Indulgencia Plenaria, que Dios concede a través del ministerio del Papa Francisco y de la Iglesia. Con esta indulgencia Dios nos perdona los pecados de toda nuestra vida y las consecuencias de los mismos, de modo que, por decirlo de una manera sencilla, no le debamos nada a Dios.

Esta Indulgencia se puede ganar en la santa Iglesia Catedral o en cualquiera de los designados “Templos Jubilares para el Año de la Misericordia”, cumpliendo los requisitos que indica el Papa.

También durante este año haremos presentes en la vida pastoral de nuestra diócesis a los Niños Mártires de Tlaxcala Cristóbal, Antonio y Juan, los invocaremos constantemente e impulsaremos su causa de canonización.

A imitación de estos Niños Mártires, que se distinguieron por su óptima formación cristiana y que dieron testimonio hasta la muerte del amor y la misericordia del único y verdadero Dios, vivamos intensamente el amor misericordioso de Dios, para mostrarlo a nuestros hermanos, practicando con ellos las obras de misericordia materiales y espirituales.

¡Les deseo a todos un extraordinario Año Santo de la Misericordia!

+ Mons. Francisco Moreno Barrón

Obispo de Tlaxcala

(Boletín)