■ Provenientes del Estado de México, Guerrero, Guanajuato y Oaxaca, son premiados por su destreza y creatividad.
■ Con este galardón se busca fomentar la recuperación de las técnicas y diseños tradicionales de la alfarería mexicana, así como estimular la creatividad de los artistas y artesanos del barro.

Cuatro ceramistas de trayectoria y tres de reciente generación, provenientes del Estado de México, Guerrero, Guanajuato y Oaxaca, quienes se han destacado por su trabajo en favor de la alfarería nacional, son reconocidos en el 43 Premio Nacional de la Cerámica que otorga el Gobierno de México, la Secretaría de Cultura y el estado de Jalisco.

fsm 6956La ceremonia de premiación, que se llevó a cabo en el salón Adolfo López Mateos del Complejo Cultural Los Pinos, contó con la presencia de la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, quien reconoció el trabajo de los artistas populares, que con sus manos moldean el barro, la arcilla para para expresar lo que sienten, lo que anhelan, lo que sueñan y transmiten en su trabajo cultura.

“Estos muros se rompen para recibir a lo más importante de México que es su cultura, hoy se construye en barro, en cerámica, con arcilla. Gracias por su dedicación, por no abandonar el arte y seguir formando nuevas generaciones” afirmó.

La encargada de la política cultural afirmó que el Gobierno de México reconoce la importancia de los creadores y del arte popular, por lo que el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart) se incorpora a Cultura para reconocer el potencial que tienen y no dejarlos al margen de las políticas e incentivos culturales.

“Que Fonart se sectorice en cultura es para quitar ese techo que supuestamente no pueden rebasar los artistas tradicionales. No hay límite para la expresión, si existe un camino poderoso para la libertad para mí es el arte. Ustedes lo tienen, ustedes lo hacen”, comentó.

En su oportunidad, Verónica Martínez Parra, artesana de San Agustín Oapan, Guerrero, señaló que la historia de todos los creadores presentes inició por necesidad, aprendieron el oficio de los padres y abuelos, para poder mantener a sus familias. Para este premio han perfeccionado las técnicas empleadas y son las que ahora transfieren a las nuevas generaciones.

“Hoy puedo hablar en nombre de mis compañeros artesanos, todos somos de diferentes regiones, pero nos une el amor por el barro, el amor que recibimos de nuestros padres quienes nos ofrecieron sus enseñanzas y tradiciones. El trabajo sobre barro es muy pesado, amasar, decorar y quemarlo, son procesos donde siempre dejamos parte de nuestra vida y cultura”, dijo.

Con el objetivo de fomentar la recuperación de las técnicas y diseños tradicionales de la alfarería mexicana, así como estimular la creatividad de los artistas y artesanos del barro, el Premio Nacional de la Cerámica llega a su edición 43 mostrando la extraordinaria creatividad de las manos mexicanas en esta rama artesanal, la más antigua del país.

Como parte del reconocimiento, los siete artesanos ganadores reciben, cada uno, una presea de plata y un estímulo económico de 130 mil pesos. Verónica Martínez Parra fue acreedora al primer lugar en la categoría de Cerámica tradicional y Venancio Dionicio Andrés, en Figura en arcilla. Ambos son originarios del pueblo nahua de San Agustín Oapan, Guerrero.

Asimismo, los mexiquenses provenientes de Metepec, Germán Vázquez Montoya en la categoría de Alfarería sin plomo y Rodolfo Sánchez Fierro, en Cerámica navideña; así como José Antonio Ayala, de Ixtapan de la Sal, en el rubro de Escultura en Cerámica.

Abel Ávalos Guerrero, de Dolores Hidalgo, Guanajuato, es reconocido en la categoría de Cerámica en miniatura; mientras que Fernando Peguero García del pueblo zapoteco de Santa María Atzompa, Oaxaca, por Cerámica contemporánea.

El jurado calificador estuvo conformado por 12 miembros, algunos especialistas en arte popular y también por ceramistas de oficio, quienes se encargaron de evaluar las obras bajo el criterio de originalidad, diseño, calidad, dominio técnico, presentación y ejecución completa.

Tres de los siete artesanos galardonados son jóvenes, lo que habla de la continuidad de la tradición, el amor por el oficio y el patrimonio cultural inmaterial presente en las técnicas y los saberes ancestrales que se revitalizan en cada edición.

Este premio es organizado por el Consejo de Premiación, que está integrado por Presidencia de la República, Secretaría de Cultura, Fonart, Gobierno del Estado de Jalisco y Gobierno Municipal de San Pedro Tlaquepaque, Jalisco.

La creación de estas piezas son una muestra del desarrollo artesanal de México, en el que se amalgama el pasado y presente de nuestra historia. El origen de este arte popular es un saber intrínseco de los pueblos indígenas, que a su vez se enriqueció con las aportaciones de otras culturas luego de la llegada de los españoles al país.

La alfarería y cerámica o el arte de trabajar en barro, es una práctica que, aunque en esencia es sinónimo de tradición, los creadores han buscado nuevas expresiones plásticas: motivos, composición, formas, colores y conceptos.

Para la Secretaría de Cultura es muy significativa la entrega de este premio porque no solo reconoce el oficio de alfarero, presente en todas las regiones con diversas formas, estilos y colores, sino porque es parte del patrimonio cultural inmaterial vivo de México. Es en la cerámica donde se refleja parte de nuestra historia, origen, identidad.

Desde barro natural o mezclado con distintas arcillas, en técnicas como el modelado, moldeado, torneado, vidriado, bruñido y decorado, y con acabados naturales o en diferentes matices por efectos del fuego, con este noble material se siguen realizando obras que maravillan a propios y extraños.

Este premio es también un compromiso por parte de las instancias que lo entregan, como una forma de continuar apoyando esta tradición, fortalecerla y siga siendo opción de vida para miles de artesanos que viven de esta actividad.

El Premio Nacional de la Cerámica se inscribe dentro de la Ley General de Estímulos y Recompensas Civiles del Gobierno de México. Las piezas de los ganadores formarán parte del acervo del Museo del Premio Nacional de la Cerámica Pantaleón Panduro, en San Pedro Tlaquepaque, Jalisco. (Boletín)