El Financiero-AP.- El presidente estadounidense dijo que el Congreso debe cambiar las leyes migratorias de la era Obama y acusó a los demócratas de no permitir los cambios.

"Nuestras Leyes Fronterizas son muy débiles, mientras que las de México y Canadá son muy fuertes. El Congreso debe cambiar estas leyes de la era de Obama, y otras, ¡AHORA MISMO! Los demócratas se interponen en nuestro camino: quieren que la gente ingrese a nuestro país sin control ... ¡CRIMEN! Tomaremos medidas enérgicas hoy", escribió Trump en su cuenta de Twitter.

La declaración llega un día después de que el mandatario dijera que enviaría al Ejército estadounidense para proteger la frontera sur.

Durante un almuerzo con gobernantes de países del Báltico el martes, Trump dijo que comunicó su idea de enviar militares a la frontera con México al secretario de Defensa, James Mattis. El presidente no detalló cuáles serían las medidas y la Casa Blanca no respondió a un pedido de declaraciones.

"Vamos a hacer las cosas militarmente. Hasta que tengamos un muro y la seguridad como se debe, vamos a resguardar nuestra frontera con las fuerzas armadas", dijo, antes de añadir que se trata de un "gran paso".

"Realmente no hemos hecho esto antes, o ciertamente no mucho", dijo.

El gobierno federal ya ha enviado fuerzas armadas a la frontera, peor lo ha hecho mediante el despliegue de efectivos de la Guardia Nacional. En 2006, bajo la Operación Jump Start, se enviaron 6 mil elementos a fin de aumentar la seguridad y vigilancia. Para esa operación se usaron agentes de la Guardia Nacional con el fin de ayudar a la Patrulla Fronteriza con tareas no relacionadas a la aplicación de leyes mientras se contrataba y capacitaba a nuevos agentes.

Durante el segundo año esa cifra bajó a unos 3 mil.

A lo largo de los dos años, unos 29 mil efectivos de la Guardia Nacional participaron en las misiones, a medida que se rotaba el despliegue de los efectivos.

Los uniformados de la Guardia fueron usados para labores de apoyo de vigilancia, comunicaciones, asuntos administrativos, espionaje, análisis y _en algunos casos_ la instalación de infraestructura de seguridad fronteriza. Durante los dos años, se construyeron más de 48 kilómetros de cercas y 21 kilómetros de carretera y se instalaron más de 138 kilómetros de barreras para vehículos.

No se usaron soldados estadounidenses activos en la operación porque hay normas que prohíben que se usen los llamados soldados del Título 10 para labores policiales y similares dentro de Estados Unidos.

Además, el expresidente Barack Obama envió unos mil 200 agentes de la Guardia Nacional a la frontera con México en el 2010 para apoyar el combate contra el contrabando de drogas y la inmigración ilegal. Al igual que las veces anteriores, los efectivos realizaron tareas de espionaje, vigilancia, análisis y otras labores de apoyo mientras se contrataba y capacitaba a más agentes de aduanas y de la Patrulla Fronteriza

Por ese entonces, funcionarios enfatizaron que los efectivos de la Guardia Nacional no serían enviados al frente ni interactuarían con gente que cruza la frontera.

El presidente ha multiplicado los tuits sobre la inmigración y la frontera en los últimos días. Ha declarado “muertas” las protecciones para los dreamers, acusado a los demócratas que permitir “fronteras abiertas, drogas y crímenes” y advertido a México que detenga el paso de las “caravanas” de inmigrantes, de lo contrario, Estados Unidos abandonará el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Trump está furioso desde que comprendió que la gran ley de gastos que sancionó el mes pasado casi no destina fondos al “enorme y hermoso” muro fronterizo que ha prometido a sus partidarios.

El paquete de 1.3 billones de dólares asignó mil 200 millones al muro, la mayor parte de los cuales sería para reparar los tramos existentes, pero no para construir nuevos.

Las medidas que quiere el Gobierno incluyen derogar las salvaguardas especiales que protegen a los menores migrantes que cruzan la frontera solos.

Bajo la ley vigente, los niños no acompañados que vienen de países no fronterizos son entregados al Departamento de Salud y remitidos a largos procesos judiciales de deportación en lugar de ser deportados.

Otra medida sería que el Congreso anule un fallo judicial de 1997 que obliga al Gobierno a entregar los niños migrantes detenidos a sus padres, parientes adultos u otros guardianes mientras se desarrolla su proceso.