Apoyado por los canadienses más conservadores conocidos como “Ford Nation”, Doug Ford ganó el pasado 7 de junio las elecciones de Ontario, la provincia más poblada y multicultural de Canadá, con lo que puso fin a 15 años de gobiernos liberales y representa el ala más conservadora del Partido Conservador.

Ford es un empresario y hermano del controversial exalcalde de Toronto, Rob Ford, quien protagonizó escándalos por su adicción al alcohol y a las drogas, y sus comentarios racistas.

En su campaña fue comparado con el presidente estadunidense Donald Trump por sus declaraciones divisionistas, su trato distante con la prensa y su inexperiencia en temas políticos.

Contra los pronósticos, el líder ultraconservador ganó las elecciones con una cómoda mayoría en la asamblea legislativa que le permitirá gobernar sin mucha presión.

El Partido Conservador obtuvo 76 distritos, el Nuevo Partido Democrático (NPD) de izquierda logró 40, los liberales sólo siete y por primera vez el Partido Verde ganó una diputación provincial.

Tras la cumbre del Grupo de los Siete países más industrializados, realizada en Quebec en medio de una clara división frente a la guerra comercial lanzada por Estados Unidos, y ante las críticas directas de Trump a Trudeau –a quien llamó “manso y deshonesto”—Ford adelantó que apoyará al primer ministro en la modernización del TLCAN porque su gobierno estará “abierto a los negocios”.

Entre sus promesas populistas, que comenzará a concretar una vez que tome posesión, la próxima semana, figuran reducir impuestos, favorecer la creación de negocios, bajar el precio de la gasolina y hasta conseguir que la cerveza se venda a un dólar.

Sin embargo, la acción que Ford ha anunciado, aún sin tomar posesión como nuevo gobernador, es terminar con el programa liberal contra el cambio climático, conocido como “cap and trade”, que instrumentó el actual gobierno liberal para controlar las emisiones de carbono.

Este programa consiste en que se otorgan estímulos a las empresas que incorporan programas de energías limpias.

La propuesta de Ford despertó preocupación en el sector industrial de esta provincia que alberga una importante producción manufacturera, automotriz y agrícola, tras su anuncio de que suspenderá el sistema de impuestos al carbono.

"Hice una promesa a la gente de que tomaríamos medidas inmediatas para eliminar el impuesto a la emisión de carbono y reducir el precio de la gasolina. Los días del impuesto al carbono están contados", aseveró Ford.

Anunció que su gobierno retirará a Ontario del acuerdo con la provincia canadiense de Quebec y la entidad estadunidense de California, firmado por el actual gobierno liberal de Kathleen Wynne para crear un mercado de “cap and trade”.

Asimismo, adelantó que su administración cancelará su participación en la iniciativa contra el cambio climático procarbon tax Western Climate Initiative.

Ford dijo que está dispuesto a confrontar al gobierno federal por la vía legal contra la imposición federal del impuesto al carbono en Ontario.

"Eliminar el impuesto al carbono y al sistema 'cap and trade' es lo correcto y es un componente clave en nuestro plan para reducir los precios de la gasolina en 10 centavos por litro", precisó Ford.

Remarcó que “las cosas ahora son diferentes”, porque su gobierno no responderá ante “personas privilegiadas ni élites”, sino que “tendremos un gobierno para la gente. La ayuda está aquí", aseguró.