“La confianza que genera en el mundo el presidente es inédita en tamaño y velocidad”, afirmó Peña en una entrevista radiofónica en la que minimizó los alcances de la crisis económica que padece el país sudamericano.

También aseguró que “el rumbo que emprendió Argentina ha sido respaldado por casi todas las economías más importantes del planeta, diciendo que vamos por el camino correcto”.

Insistió en que “hemos recorrido el mundo y ha sido muy claro ese respaldo y esa confianza a su liderazgo y a su capacidad para poder llevar adelante las transformaciones necesarias”.

La semana pasada, Argentina acumuló una serie de indicadores negativos marcada por indicadores de recesión, niveles récord de deuda externa, una persistente devaluación, el desplome de la Bolsa de Valores y el aumento del “riesgo país”.

El estatal Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) reportó que en abril pasado la economía se contrajo un 0.9 por ciento después de 13 meses de crecimiento consecutivo.

Además, el dólar continuó su tendencia alcista hasta rozar los 30 pesos, reafirmando una crisis del mercado cambiario que ya provocó una devaluación del 56 por ciento durante el primer semestre del año.

Además, el Banco Central ya perdió más de 12 mil millones de dólares de reservas por ofrecerlos en el mercado para frenar la cotización al alza de la divisa estadounidense, pero a pesar de las recurrentes promesas del gobierno, no logra evitar que siga aumentando su precio.

Por otra parte, el Indec también reveló esta semana que la deuda externa argentina acumuló en el primer trimestre de 2018 un monto récord de 253 mil 741 millones de dólares que es un 27.5 por ciento mayor al mismo periodo del año pasado.

La preocupación social se acrecienta porque la deuda aumentará de manera drástica luego de que el presidente Mauricio Macri obtuviera un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) por 50 mil millones de dólares, supuestamente para frenar la crisis cambiaria que sigue provocando sobresaltos.

Pese a estos datos, el jefe de Gabinete aseguró que la crisis no es tan “terminal” como la quieren plantear algunos, aunque ello tampoco significa que todo esté bien.

Confió, además, en que Argentina podrá cumplir con su promesa de reducir el déficit fiscal hasta llegar el próximo año a representar el 1.3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

En ese sentido, remarcó la importancia de “ir hacia el equilibrio fiscal para poder crecer mucho tiempo y reducir esta dependencia externa”.

Reiteró que Argentina atraviesa “un clima tormentoso producto de varios factores, externos que se combinaron” como la suba de tasas de los Estados Unidos que encarece el financiamiento, “la guerra comercial” en contexto internacional, la suba del precio del petróleo y la sequía que afectó la producción y el nivel de exportaciones.