pNTX180413056Notimex.- El presidente de Chile, Sebastián Piñera, participó hoy en el Servicio de Acción de Gracias de las Organizaciones Evangélicas, una de las ceremonias tradicionales que se realizan todos los años por
las Fiestas Patrias.

Tras la actividad, el gobernante declaró a periodistas que "yo comparto con el mundo evangélico los valores y principios esenciales, el valor de la vida, de la familia, de la justicia, de la paz, de la verdad".

"Fue una gran ceremonia de acción de gracias", señaló Piñera, tras lo cual se refirió a la reciente aprobación por parte del Congreso Nacional de la Ley de Identidad de Género, cuyo trámite fue cuestionado por el mundo evangélico, aunque el obispo Eduardo Durán no se refirió a ese tema en su homilía de este domingo.

Aseveró que "todos nacemos iguales en dignidades y derechos y el proyecto de ley que aprobó el Congreso busca precisamente eso, que todos los chilenos tengamos la misma dignidad y por eso lo hicimos con mucha prudencia y sensibilidad".

La iniciativa legal permitirá a los jóvenes de entre 14 y 18 años de edad cambiar su sexo registral previa autorización de sus padres, mientras que los mayores de edad podrán hacerlo tras una serie de exámenes médicos y sicológicos.

Acotó que la nueva legislación, que ya está en condiciones de ser promulgada por el presidente Piñera, "apunta a fortalecer la dignidad y los derechos de todas y todos los ciudadanos de este país".

A las afueras del recinto religioso, un pequeño grupo de manifestantes evangélicos esperó al mandatario con gritos y letreros con la leyenda "Piñera traidor" debido a la aprobación de esta iniciativa.

El jefe de Estado tiene previsto participar el próximo martes en el Te Deum Ecuménico que se realiza todos los años en la Catedral Metropolitana de Santiago, que será encabezado por el deán del recinto, sacerdote Juan de la Cruz Suárez.

Debido a la crisis por la atraviesa la iglesia Católica chilena, con decenas de religiosos acusados ante la justicia por abusos contra menores y jóvenes en los últimos años, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, declinó encabezar la ceremonia.