RsuiayTurquiainteresinter2AFP.- En Idlib, Rusia apoya una ofensiva del régimen sirio para retomar el control de esta región, que es estratégica para la vecina Turquía. Aunque en este caso Ankara y Moscú estén en campos opuestos, ambos tienen intereses mutuos que preservar en Siria, según los expertos.

El tema era debatido este martes en Moscú entre el presidente turco Recep Tayyip Erdogan y su homólogo Vladimir Putin: sus dos países desempeñan -con Irán- un rol esencial en el conflicto que desgarra Siria desde 2011.
En el noroeste sirio, la región de Idlib está en parte controlada por los yihadistas de Hayat Tahrir al-Sham (HTS, exrama siria de Al-Qaida), pero también por grupos rebeldes apoyados por Ankara. Esta región, fronteriza con Turquía, incluye la provincia de Idlib y zonas de las provincias vecinas de Alepo y Latakia.

Tras meses de bombardeos aéreos del régimen sirio de Bashar Al Asad y su aliado ruso, la fuerzas gubernamentales iniciaron el 8 de agosto un avance por tierra en esa región.

Llegaron a rodear el viernes pasado al último puesto de observación establecido por el ejército turco en la localidad de Morek.

Y días antes, aviones del régimen sirio bombardearon un convoy militar enviado por Turquía a Idlib.

Pese a estar en este caso en campos opuestos, Turquía y Rusia están vinculados desde septiembre de 2018 por un acuerdo que prevé en Idlib una "zona desmilitarizada", que debía permitir un alto el fuego en la zona, y una separación de los sectores controlados por el régimen y los de los insurgentes.
"Lo ocurrido en el terreno (...) impone una revisión del acuerdo" escribió recientemente el diario sirio progubernamental Al-Watan.

Putin y Asad tiene ventaja frente a Turquía, quieren ir a la reunión para discutir un nuevo mapa" asegura Nijat Ali Oscan, analista del centro de reflexión Tepav de Ankara.

Los presidentes ruso y turco participarán también el 16 de septiembre en otra cumbre en Ankara con el presidente iraní Hasan Rohani, otro aliado del régimen sirio.