Unos 250 contenedores incautados en el país este verano fueron ya devueltos a sus expedidores y las autoridades están examinando otros miles, indicó Deni Surjantoro, un portavoz de las aduanas indonesias.
La decisión de China a principios de 2018 de cesar la importación de desechos plásticos suscitó el caos en el mercado mundial del reciclaje, y obligó a los países desarrollados a encontrar nuevos destinos para sus basuras.
Desde entonces, enormes cantidades de residuos se han desviado hacia el sudeste asiático donde las capacidades de reciclaje son limitadas y los desechos se apilan en vertederos, se queman de manera rudimentaria o acaban en el mar.
Las importaciones de residuos plásticos, a menudo mal tratados, hacia Indonesia han crecido recientemente, pasando de 10 mil toneladas al mes a finales de 2017, a 35 mil toneladas mensuales a fines de 2018, según Greenpeace.
Ante el alcance del fenómeno y de las críticas, las autoridades reforzaron los controles y en los últimos meses empezaron a reenviar a sus remitentes los cargamentos que no respetaban las reglas.
En la isla indonesia de Batam, cerca de Singapur, 49 contenedores de residuos que no respetan las normas fueron incautados y reenviados a Estados Unidos, Alemania, Francia, Hong Kong y Australia, indicó el portavoz de las aduanas.