Numerosas infraestructuras así como monumentos históricos incluidos en la lista de Patrimonio de la Unesco se vieron dañados por las aguas torrenciales, según esta agencia de la ONU.
Las víctimas mortales se registran sobre todo en la región de Marib, al este de Saná, la capital, y en Lahaj, al sur.
Además, numerosas familias que vivían precariamente en tiendas de campaña han perdido sus alimentos y su cobijo debido a las lluvias torrenciales.
Según responsables gubernamentales, el balance de víctimas y damnificados podría seguir creciendo ya que hay regiones que aún están aisladas debido a las inundaciones.
Según los servicios meteorológicos, las lluvias continuarán en los próximos días.