La sede de la iglesia católica atraviesa por una fuerte crisis económica agravada por la pandemia.
En una carta, el pontífice anunció que a partir del 1 de abril se recortará 10% el salario de los purpurados, 8% el de los jefes y secretarios de ministerios y 3% el de los clérigos y religiosos.
Las cuentas del Vaticano están en rojo por la caída de las donaciones y la pérdida de ingresos de los museos.
También se bloquean por dos años los aumentos de remuneración por antigüedad para todos los empleados de nivel 4 del escalafón en adelante.
En total, el Vaticano emplea a casi 5 mil personas, que reciben regularmente sus salarios.