El establecimiento de las relaciones diplomáticas es el inicio de un proceso hacia la normalización", explicó Castro a sus colegas de la región reunidos en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Sin embargo, esta normalización "no será posible mientras exista el bloqueo, no se devuelva el territorio ilegalmente ocupado por la base de Guantánamo, no cesen las trasmisiones radiales y televisivas violatorias de las normas internacionales, no haya compensación justa a nuestro pueblo por los daños económicos y humanos que ha sufrido".

Si estos problemas no se resuelven este acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos no tendría sentido", agregó el mandatario.

Estos fueron los primeros comentarios de Castro luego de que la semana pasada iniciaron las conversaciones diplomáticas entre delegaciones de ambos estados, cuyas relaciones se rompieron hace cinco décadas y el propio Castro y su colega Barack Obama decidieron restablecer en diciembre de 2014.

Ambos mandatarios anunciaron el 17 de diciembre su intención de relanzar sus nexos, incluso la apertura de embajadas a mediados de enero; Obama flexibilizó las sanciones para que los estadunidenses pudieran viajar a Cuba, se ampliaron los márgenes del envío de remesas y se permitieron algunas exportaciones, entre otros.

Una de las demandas de Castro tiene que ver con la devolución de la Base Naval de Guantánamo, una porción de tierra al oriente de la isla donde Estados Unidos estableció una base en 1903 y que Cuba reclamó por más de medio siglo.

En cuanto al resarcimiento, además de las pérdidas que cada año imprimen las sanciones a la isla —que le impiden vender sus productos en muchos mercados y la obliga a pagar más por importaciones— Cuba presentó un juicio en la década pasada en los tribunales por cientos de millones de dólares en daños humanos y perjuicios por la política de hostilidad.

Por otro lado, el mandatario insistió en su discurso que "no sería ético, justo o aceptable que se pidiera a Cuba nada a cambio".

FIDEL ADMIRA AL PAPA FRANCISCO
El expresidente de Cuba, Fidel Castro, goza de buena salud, siente una "profunda admiración" por el papa Francisco y se mantiene interesado en diversos temas, afirmó ayer el teólogo brasileño Frei Betto, a propósito del encuentro que sostuvo con el líder cubano.

Betto, quien se reunió el martes con Castro en la capital cubana, aseguró ayer a medios locales que conversó de muchos temas con el exmandatario, al que encontró con "muy buena salud", con su "observación privilegiada" y como siembre "muy optimista".

He escrito un artículo para Brasil sobre mi encuentro con Fidel y decía que a Fidel se aplica perfectamente un axioma que yo siempre repito: hay que dejar el pesimismo para días mejores", dijo Betto en declaraciones divulgadas por la televisión nacional.

Según el teólogo brasileño, quien es autor, entre otros, del libro Fidel y la religión, Castro, de 88 años, le preguntó sobre sus actividades en La Habana, mientras apuntaba información de la conversación en un cuaderno.

Me preguntó de mi encuentro con el papa Francisco, él tiene una profunda admiración por el papa Francisco", indicó Betto, quien en abril se reunió con el Pontífice argentino en el Vaticano.

Asimismo, relató que Castro le preguntó sus opiniones sobre la nueva fase de relaciones que viven Cuba y Estados Unidos, un asunto sobre el cual el líder cubano se pronunció por primera vez el lunes, en una carta que envió a la Federación de Estudiantes Universitarios.

En ese mensaje, Castro sostuvo que no confía en la política de EU, pero tampoco rechaza la "solución pacífica" de los conflictos ni la negociación si se lleva a cabo conforme a las normas internacionales.

El pasado 17 de diciembre, los gobiernos de Cuba y EU anunciaron su decisión de restablecer relaciones diplomáticas, rotas en 1961.